Inicio con este blog un nuevo apartado, más corto, pero no por ello falto de sustancia. Desde mi ángulo es crucial en el bienestar de la persona. Expresaré conceptos muy simples, digamos que ‘mini-teorías-, nada sofisticadas. Simplemente formas de entender estos temas, que durante muchos años he visto que le son útiles a las personas. No me interesan las grandes teorías, pues mi ejercicio profesional me ha llevado desde hace mucho a concluir que la persona que busca ayuda no necesita grandes teorías, sino simplemente que alguien se interese por entenderla y ayudarla a entenderse. En mi oficio como psicoterapeuta, una de los dos grandes vertientes en que se ha basado mi vida profesional, digo que el terapeuta es simplemente un intermediario transitorio entre la persona…y ella misma, cuya tarea es ayudar a introducir un análisis objetivo pero bondadoso y comprensivo, a quien lo ha buscado profesionalmente. Hay un excelente libro sobre comunicación, de unos estudiosos de lo que se llamó hace unas décadas el Grupo de Palo Alto (Watzlawick y colegas, Teoría de la Comunicación Humana); difícil de leer, pero basado en la aplicación de conceptos de la cibernética para buscar entender mejor la compleja interacción humana. Lo cito porque en este sale una frase de esas de hondo contenido, que nunca olvidé: “nadie se entiende a si mismo si no tiene a alguien que lo entienda”. Eso es lo que debe hacer el terapeuta, lo cual puede hacer también, quizá en otro ámbito, una enfermera en un hospital, un sacerdote, etc.; lo único fundamental es tener el interés.
Con esta introducción, pasaré a analizar un poco el tema que he mencionado bastante en blogs previos. La calidad de la relación de la persona consigo misma como fundamento del bienestar. No es nada nuevo para nadie. Es un poco el “conócete a ti mismo” de Sócrates. Tan fácil de decir, tan difícil de alcanzar. Lo que haré es transmitir mi forma de entender este tema.
Cuando hablamos de relaciones, nos es fácil entender a qué nos referimos. Pero cuando pregunto a alguien como es la relación consigo mismo, es sorprendente lo mucho que la gente se confunde con la pregunta. Como que no entienden que haya una relación consigo mismo. Y resulta que es la relación de la cual se derivan todas las demás. Es la única que siempre estará vigente en la vida de la persona, de principio a fin. Mi suposición básica es muy simple: “no se puede estar bien con otros si no se está bien consigo mismo”.
Incluso cuando conozco por primera vez un ‘paciente’, luego de oír la exposición de sus problemas, le suelo decir: “supongamos que volvemos a empezar….que usted entra de nuevo, y que no se nada sobre usted. Pero que le pregunto: dígame una sola cosa: cómo es la relación con usted mismo….porque su problema está es ahí”.
Podemos ver la relación entre las dos variables citadas atrás (estar consigo mismo y estar con los demás) bajo dos ópticas opuestas: como ya exprese (“estoy bien con otros porque estoy bien conmigo mismo”), o lo inverso: “estoy bien conmigo porque estoy bien con otros”. La más lógica es la primera opción, pero la más frecuente es la segunda. ¿Por qué?
Algo que nos puede ayudar a entender esto es el hecho de que en alto grado, nos vemos como nos ven, especialmente en la infancia, cuando se forma el concepto de la persona sobre sí misma. Consecuencia de ello, aprendemos a CONDICIONAR la relación con nosotros mismos, en función de variables que denotan aceptación social. Ejemplo de variables que condicionan pueden ser: “(estoy bien conmigo)….si soy bonita”, “….si soy exitoso”, “…si soy rico….”, “….si soy alta”, “…si soy extrovertido”. En sí es obvio que esto no está mal. El ser humano es “social hasta la médula”, suelo decir. Y se nutre de la aceptación social. Nadie es tan fuerte para no necesitar aprobación de otros. Por eso somos tan vulnerables a la adulación.
El problema es cuando caemos en el SI Y SOLO SI (tan de la lógica matemática): es decir: “Me acepto como soy (o, “me gusta como soy”)….SI Y SOLO SI….soy X o Y o Z….((rico….bella….exitoso…)…”. En estos casos digo: “compre camándulas…porque le va a tocar rezar para que nunca deje de cumplirse la condición”.
Esto tan simple es muy importante: la base de crecer es, para mí, lograr des condicionar la relación consigo mismo. En otras palabras: “Me acepto si soy X, pero si no, también”….o mejor: “me acepto por definición….no necesito que se cumpla una condición para ello”.
Se que esto es fácil de decir, y difícil de conseguir. Pero recuerden casos como el de Nick Vujicic, citado atrás. La única forma en que pueda hacer soportable la vida una persona con tanta limitación, e incluso, vivir bien, es aceptando su condición, sea cual sea. Una persona como este NV, donde condicione la aceptación de sí mismo a “tener todo mi cuerpo completo”, queda condenada a la amargura consecuente del profundo rechazo de su condición. Así no se construye bienestar, ni menos, felicidad (concepto tan ambicioso este).
Suspendo acá para no saturar, para continuar en el siguiente blog con un concepto clave, el de la VALIDACIÓN DE SI MISMO (o su inverso, la invalidación). Un ‘aperitivo’: validar es asignar valor….validarse es asignarse valor….invalidarse, quitárselo….de nuevo la pregunta es ¿en función de qué nos asignamos o nos quitamos valor a nosotros mismos?.