Hoy en día se habla bastante de ‘reinventarse’. No estoy seguro de si este es el mejor verbo, pues implicaría una invención inicial de sí mismo, y no me da la impresión de que hubo esta. ¿Cuál sería un mejor verbo? ¿Renovarnos? ¿Renacer? ¿Redescubrirnos? ¿Transformarnos? Es claro para quien me haya seguido atrás que para mí el verbo es Redefinirse, pues creo que lo que hubo fue una definición inicial de sí mismo. Recapitulando, redefinirse implica contestar preguntas fundamentales como: ¿al fin de cuentas, quién soy? ¿cuánto creo que puedo alcanzar? ¿cuánto valgo como persona, y qué es lo que me hace valer? ¿qué (me) merezco (ser feliz…tener éxito….)? ¿qué quiero para mi vida?

En la versión más optimista, cuando la definición de sí mismo ha sido afortunada, lo que habría es una constante ratificación de lo que uno es. En cualquier caso, redefinición o ratificación, he señalado atrás que los dos conceptos críticos son la comprensión y la aceptación de sí mismo. Quizá parezca un poco paradójico; me refiero a que cuando digo esto a alguien me suele decir “pero cómo acepto lo que no me gusta?”, y contesto: “primero acepte su realidad ‘actual’, que no es la definitiva, y luego si, con la fuerza que saca de la aceptación, crezca, sea, transfórmese, o use el verbo que quiera”.

He citado varias veces el concepto de la Mejor Versión de Sí Mismo. Creo que la redefinición debe tomar ese rumbo, la concepción de que hay una versión de uno mismo mejor que lo que somos actualmente. Hay que entender que somos en todo caso “seres inacabados”, en permanente proceso de evolución, y que así, la tarea al final nunca termina. O si terminara, sería cuando encontremos una versión de nosotros mismos con la que estemos genuinamente satisfechos (“ya -nos – encontramos”). Recapitulando, la Mejor Versión de Sí Mismo implica la AFIRMACIÓN DE SI MISMO, o si se quiere, el DESPLIEGUE de sí mismo. De lo que SOMOS. Algunos humanistas existencialistas hablan del CORAJE DE SER (Rollo May, El Hombre en Busca de Sí Mismo). Por ejemplo, cito una frase del gran psicoanalista Carl Jung: “La persona es saludable cuando se convierte en sí misma: alguien único y responsable que ha encontrado un propósito en la vida”.

Otra definición relacionada con la persona saludable, o sana, en línea con lo anterior, es de Carl Rogers, otro gran teórico, más de la vertiente humanista, que cita a la persona plena (fully functioning person), quien busca ser auténtica, lo que realmente es, y asume las consecuencias de ello, para así lograr el ‘Vivir Existencial’, el cual sería la base para alcanzar el máximo potencial.

¿Cuándo se dan redefiniciones ‘forzadas’? En las crisis, cuando la vida nos saca de las zonas de confort. Por ejemplo, al perder un empleo, al terminar una relación, en la que se basaba la estabilidad emocional, cuando perdemos un ser querido, cuando quebramos por un mal negocio, cuando sufrimos una enfermedad seria o incapacitante, cuando nos pensionamos…en fin, continuamente.

Termino acá este ciclo, muy centrado en lo emocional por considerar que este aspecto es crucial en la calidad de la relación consigo mismo, y así, en el liderazgo de sí mismo, que como apunté al inicio de estos blogs, es el punto de partida del liderazgo. Me propongo en siguientes blogs analizar algunas variables clave para la búsqueda de la Mejor Versión de Sí Mismo, como son: la búsqueda de la excelencia, el apalancamiento en las fortalezas y el reconocimiento y consecuente manejo de las vulnerabilidades, y un tema fundamental: la búsqueda de la pasión.