Rafael Nadal Tony Melendez Homeless to Harvard

Para introducir este blog, ante todo explico las tres fotos que lo acompañan. Las de Tony Meléndez, cuyo video circuló profusamente hace algunos años por la web, y la de la vida de Liz Murray (en quien se basa la película De la Calle a Harvard, historia real), ejemplifican muy bien el punto del apalancamiento en las fortalezas; la de Nadal, el qué hacer con las vulnerabilidades. Inicio con el caso de Liz Murray: se trata de una indigente, hija de padres drogadictos, a quien se le muere la madre por sida, dejándola a merced de un padre que ni siquiera podía hacerse cargo de sí mismo. Y, a pesar de tanta adversidad, se apalanca en su fortaleza intelectual y su persistencia, para lograr graduarse de Harvard. Señalo este caso como ejemplo, pues el argumento es que el éxito tiene mucho que ver con el aprovechamiento de las fortalezas, y a pesar de todo lo que haya en contra.

El caso de Tony Meléndez es también muy diciente. Se trata de un salvadoreño, si no estoy mal, quien nace sin brazos, consecuencia del terrible caso de la droga de la talidomia por allá en los sesentas o setentas del siglo pasado (las mujeres embarazadas que tomaron esta droga dieron a luz bebés con malformaciones). Lo interesante es que se sobrepone a sus limitaciones, y se convierte en músico (centrado en la música religiosa), tocando la guitarra con sus pies. Lo que me gusta de este caso es que no se concentró en lo que “no tenía” (brazos) sino en lo que ´”sí tenía” (pies), para desplegar su talento, su don (la música). Para ejemplificar, cito algunas frases de su video:

  • «Tú con tu cuerpo completo y dices que no puedes…si puedes…di yo quiero, yo puedo, yo voy a salir adelante»
  • «No es lo que no tienes, es lo que si tienes…YA ERES UN MILAGRO»
  • «Tenés que tratar»
  • «Siempre quise casarme»…
  • «Continúa dándonos esperanza» (Juan Pablo II)

Dejo para más adelante el caso de Nadal. La pregunta a hacerse sería entonces: ¿en qué basarse, apalancarse, para el desarrollo, para crecer, para buscar la excelencia?

Para algunos expertos, a mi juicio en forma acertada, el éxito tiene mucho más que ver con el aprovechamiento sistemático de las fortalezas y talentos.  Esto va en contravía del paradigma de nuestra cultura occidental, que hace más énfasis en lo que esta mal, y la necesidad de corregirlo, en la debilidad y la necesidad de dejarla atrás, que en apreciar lo que está bien. Un punto donde se observaría esto es en la medicina, basada en el paradigma de curar lo que está mal, o en la práctica en las empresas en cuanto a los planes de desarrollo de  los empleados, basados en suplir las necesidades de desarrollo. Respecto a la medicina, cito la diferencia entre la occidental (curar lo que está mal), versus la oriental (la tradicional china, por ejemplo, que se basaba en buscar la salud). Dos enfoques muy diferentes, aunque complementarios. A propósito de ello, leía en el libro Medicina Tradicional China, de Daniel Reid, que el antiguo médico chino cobraba mientras la familia estuviera saludable, y cuando alguien enfermaba, dejaba de cobrar. Paradigma muy opuesto al nuestro, y muy interesante, pues pone el foco en buscar que la salud esté bien como la constante.

Creo que por este paradigma tan fuertemente arraigado, muchas veces no tenemos claras nuestras fortalezas, nuestros dones y talentos. Somos mucho más perceptivos de lo que no tenemos, que de lo que sí tenemos. Pero es a partir de las fortalezas que podemos desarrollarnos, además de suplir si es del caso lo que no tenemos fuerte, si es que el contexto nos lo exige.

En la Psicología surgió hace algunos años una escuela, hoy muy en boga: la Psicología Positiva, cuyo máximo exponente creo es Martin E. P. Selligman (Authentic Happiness), de donde extracto la siguiente frase:  “La felicidad auténtica viene de identificar y cultivar nuestras fortalezas más fundamentales, y de utilizarlas a diario en el trabajo, el amor,  el juego y la crianza”. Cuestionan que el foco de la ciencia ha estado más en buscar “lo que está mal” en vez de “desarrollar lo que está bien”. Alineado con este modelo conceptual están por ejemplo los trabajos de Tal Ben Shahar, reconocido experto en Felicidad, quien dicta en Harvard una de las clases más exitosas y de mayor demanda (Psicología del Liderazgo y Psicología Positiva). Por otro lado, Gallup (que en Colombia conocemos solo como empresa de sondeos de opinión y encuestas políticas, pero que es una gran firma consultora, global, en administración), es reconocida como defensora de la tesis de que el éxito se basa es en el aprovechamiento de las fortalezas. Sus planteamientos surgen de profusos análisis de gente exitosa, en cualquier terreno (deporte, política, administración, etc.), citándose que se basan en más de 2 millones de casos estudiados en todo el mundo. Gallup llega a las mismas conclusiones de Selligman. Para la muestra, un par de frases del libro de M. Buckingham y D. O. Clifton (consultores de Gallup), Ahora, Descubra Sus Fortalezas:

  • “Los talentos de cada persona son permanentes y únicos”
  • “El mayor potencial que tiene una persona para crecer está en aquellos campos donde sus fortalezas son mayores”

Y añado una frase de Benjamín Franklin, personaje muy interesante de la historia de los EEUU: “La verdadera tragedia en la vida no es carecer de fortalezas suficientes, sino no llegar a utilizar las que tenemos”.

Pero hay que mirar el tema integralmente. Si bien soy un convencido de lo anteriormente expresado, cito el caso de Rafael Nadal. Quien de click en YouTube “Nadal: diestro o zurdo”, verá un corto video del gran tenista español (2 minutos). En este piden a RN que haga diferentes cosas con la derecha y luego con la izquierda (lavarse las manos, escribir…). Y resulta que RN es totalmente diestro. Pero lo único que hace con la izquierda, bien, es jugar tenis. En el video el tío, quien es su manager, explica esto. Dice que RN de joven no tenía mucha fuerza en los brazos, por lo que cogía con las dos manos la raqueta. El tío pensó entonces que si le enseñaba a jugar con la izquierda, lo podría convertir, a punta de disciplina, en un buen jugador de tenis zurdo, en un medio en que la enorme mayoría son diestros. Y así sucedió.

Extracto de aquí una conclusión fundamental: aunque no seamos fuertes en algo, si el entorno nos lo exige, también podemos llevar al nivel de fortaleza algo que inicialmente no lo es. Quizá nunca llegaremos así al nivel que alcancemos al apalancarnos en una fortaleza, pero si podremos desplegar mucha fuerza acá también.

Esto es importante pues tiene que ver con el complemento del aprovechamiento de las fortalezas. Y es el reconocimiento y administración de las vulnerabilidades. Es crucial lograr reconocer y aceptar estas. Probablemente lo que nos hace fuertes también tiene mucho que ver con lo que hagamos con nuestras vulnerabilidades. Vuelvo a citar a Warren Bennis, gurú del liderazgo (On Becoming a Leader): ” Los lideres no tienen más que a sí mismos como material de trabajo. Es una paradoja de la vida que los buenos líderes alcanzan la cima a pesar de sus vulnerabilidades, mientras que los malos líderes suben es por sus debilidades”.  Y cito a R. K. Cooper y A. Sawaf (Executive EQ: Emotional Intelligence in Leadership and Organizations):

“Una de las formas de ir más allá de la resistencia (al crecimiento personal)…es desarrollando nuestra inteligencia emocional, y lograr valorar profundamente, y aplicar, nuestras fortalezas y talentos, a la vez que mejoramos nuestra capacidad de manejar nuestras vulnerabilidades”.

Termino volviendo al tema de las fortalezas y talentos, el núcleo del desarrollo. Estas son como la “caja de herramientas” con que venimos equipados. Somos “un portafolio de fortalezas”, de los que debemos ser conscientes. Son únicas, como la huella digital. ¿Cómo actúan las fortalezas en el crecimiento? Cuando se actúa desde las fortalezas, se genera ‘energía positiva’; así, aumentar la conciencia de estas lo que genera es un empoderamiento de sí mismo. Dice Selligman: “Las fortalezas y virtudes funcionan como un amortiguador contra la mala fortuna y son claves para construir resiliencia”.

La frase de Tony Meléndez, subrayada arriba, es muy buena. No es lo que no tenemos….es lo que sí tenemos. La complemento: no es lo que no somos, es lo que somos. En el proceso de buscar desplegar fuerza interior, liderarse a sí mismo, buscar la mejor versión de sí mismo, la apreciación de lo que nos hace fuertes es fundamental. Ello nos conduce a que cuando hagamos un diagnóstico de nosotros mismos, convenga concentrarnos en buscar lo que nos hace fuertes. La variable Talento es parte de lo que llaman la ‘Fórmula del Éxito’, junto con la otra, crucial, la búsqueda de la Pasión, de la que hablaré en el siguiente blog.