Inauguro con este blog una serie de reflexiones respecto a la relación interpersonal, en particular la afectiva, para transmitir algunos conceptos que creo son útiles para entender el complejo fenómeno que es el hecho de relacionarse. Suelo decir que si la persona tiene muchas dificultades en relacionarse consigo misma (tema de los blogs previos), a cuenta de qué iba a poder establecer fácilmente buenas relaciones con otros? ¿Si la relación consigo mismo no es fácil, por qué iba a serlo relacionarse con otros?

Empecemos por revisar algunos hechos característicos de la sociedad actual. Por ejemplo, hay una estadística mundial que dice que a los 15 años de constituidos, el 50% de los matrimonios se han disuelto. O sea que la probabilidad de exito, contada como una duración más allá del corto o mediano plazo, es muy baja, la misma que daría una moneda tirada al aire para apostar por cara o por sello. Otro hecho que vemos muy frecuentemente en los medios: los muy altos índices de maltrato en la vida conyugal (incluso, no siempre del hombre a la mujer, sino al contrario). O, más en el fondo, la que dicen los expertos que es la característica clave del mundo actual: la enorme soledad del individuo, su gran incapacidad para relacionarse. El filósofo francés Gilles Lipovesky (La Era del Vacío) , plantea que los signos del inicio del siglo XXI son la ansiedad y la soledad del individuo, ocasionados por el exceso de individualismo que caracteriza el mundo de hoy. Algo como que hay más individuo, pero menos capacidad de este para relacionarse.

Lee uno con frecuencia que los adultos jóvenes de hoy no planean establecer relaciones de largo plazo. Quizá el panorama anterior los haya defraudado, o quizá también han optado por la vía del individuo ‘narciso’ (opción válida….). Y que abundan las relaciones casuales. Y, con pena hacia los amantes de Facebook y las redes sociales, se observa como la persona es sumamente activa en las relaciones ‘digitales’, pero muy poco eficaz en establecer relaciones de fondo. Con ironía aunque respeto digo que, por ejemplo, una adolescente tímida que no logra conectarse emocionalmente con algún joven (digamos, hacerse novia), puede decir a cambio que tiene 500 amigos en Facebook. En fin…

¿Qué puede explicar estos fenómenos? Habrá miles de libros, investigaciones, teorías, etc. Por mi lado, con la misma simpleza de otros blogs, trataré de dar algunas explicaciones, para transmitir conceptos muy simples pero que ayudan a entender la complejidad de las relaciones.

En lo que concierne a las relaciones afectivas, uno a uno, creo que hay por lo menos dos explicaciones plausibles. La ya citada atrás, que hace referencia a que el individuo traslada a sus relaciones con otros la problemática que tiene en la relación consigo mismo (esto se liga al muy importante concepto de apego, de vacíos afectivos, algo tratado ya en blogs previos al hablar del concepto de sí mismo de la persona y de la dificultad de estar solo). Y el otro, desprendido del anterior: que la persona llega a las relaciones afectivas fundamentalmente a cubrir necesidades afectivas ‘malsanas’. Más a buscar recibir que a dar….

Una premisa básica de la que parto es que las relaciones se construyen, y que uno es el constructor de sus relaciones.

Utilizo un concepto que viene del mercadeo, y que ayuda a entender estos temas. Se trata del concepto Propuesta de Valor. Una empresa le hace a sus clientes una propuesta de valor (ejemplo: el celular más moderno y eficiente del mercado), a cambio de la cual pretende del cliente cosas como su dinero (a cambio de lo que le da), su lealtad, quizá que lo recomiende a otros, etc. Para que el cliente escoja el producto específico, la PV debe ser mejor que la que hace la competencia, o de lo contrario la persona optará por el producto de esta última.

Cuando hablo por ejemplo con alguna paciente que tiene muchas dificultades en encontrar una relación (así sea bonita, exitosa…pero supongamos, que ya no sea una joven de 25 años…), le pregunto: ¿Usted que ofrece en una relación? ¿ Qué tiene de valioso? ¿Qué gana el otro cuando se relaciona con usted? Cuando me contesta diciendo cosas como “lealtad, afecto desinteresado, valores….”, le pregunto: “digamos que esa es su PV….es valiosa? Es decir, lo que usted le aporta a otro, es valioso?”….Casi invariablemente me dice que ‘obvio’. Entonces le pregunto: “Y que pide o exige a cambio? Si lo que da es valioso, lo da ‘a cambio de nada?'”….Ahí ya se queda pensando…como que no concibe que debe exigir algo, mínimos. Acá es cuando le digo entonces: “si uno tiene un producto Premium en un mercado, puede cobrar más. Porque lo que es valioso, de calidad, es caro….si usted se considera por un lado que da algo valioso (es Premium), pero no exige mínimos a cambio, es como si vendiera un Mercedes Benz al mismo precio de un Chevrolet de baja gama”.

Cito lo anterior porque creo que en últimas una relación es un intercambio, y que no podemos llegar a una relación con bajo poder de negociación (de esto ya hablaremos). Si ofrecemos valor, tenemos que pedir valor….no podemos llegar a una relación pretendiendo “quedarse con todo”, como tampoco “quedarse con nada”. Uno de los criterios para que una relación sea sana, desde mi punto de vista, es que sea sana para ambas partes.

En línea con esta introducción, trataré en próximos blogs de analizar temas como: la dinámica entre lo individual y lo relacional en la persona, y como las polarizaciones a cualquiera de estos aspectos resulta poco saludable; los conflictos en la relación y la oportunidad de ajustes que propicia; los círculos viciosos como patrón desafortunadamente típico; las variables que unen y las que desunen en una relación, y la dinámica de las variables que unen a lo largo del tiempo; el curso de una relación y el control como concepto clave; el desapego y el poder de negociación en la relación (a utilizar para encaminarla hacia saludable); las zonas de confort en una relación y su antítesis, las crisis; el amor como facultad; el Proyecto de Vida de la pareja, como algo que va más allá de los PV individuales….en fin, varios temas. Espero sean de interés.