IMG_0659.PNGFoto pareja ancianosAmor pasional vs compasional

Introducidos los conceptos de control y curso, paso a analizar tres temas que son muy simples pero que ayudan a entender lo que sucede en las relaciones: la parte social y la individual que una persona ‘lleva ‘a una relación, la clasificación de las variables que influyen en la relación en dos categorías: internas y externas, y la evolución de las variables que unen en una relación, a lo largo del tiempo.

El primer tema tiene que ver con lo siguiente. Podemos concebir que una persona tiene necesidades de dos tipos: Individuales (ligadas a su ego, por ejemplo), y sociales (es decir, que solo satisface con otros, por ejemplo, afectivas, sexuales, de filiación, etc.). Ambas son muy importantes, y válidas. Lo que hace que la persona entre en una relación son las necesidades sociales. Y al entrar en relación, por fuerza se  sacrifica algo de las necesidades individuales. Lo que hay que entender es que la relación se nutre de la disposición a sacrificar este algo individual en aras de lo que se obtiene en lo social. Esto quiere decir que la relación se alimenta de este ‘sacrificio’, para lo cual se requiere que este tenga -y mantenga- sentido (es más “lo que se gana que lo que se pierde”).

Lo interesante de todo esto es que cuando una relación se complica se produce una polarización hacia la parte individual de sus miembros. Ello se da a costa de la relación pues se deja de hacer el sacrificio en lo individual que es de lo que se alimenta la relación. Acá lo que hay que preguntarse es cómo se saca la relación de la polarización hacia lo individual, cuando lo más probable es que cada uno de los dos miembros en esta situación tenga más interés en preservar lo individual que en cuidar la relación. En estos casos, nadie está pensando en la relación. ¿Qué hay que hacer en estos casos? Lograr que al menos uno de los dos individuos, si no ambos, logre pensar en la relación y entienda lo que está pasando para romper el que muy probablemente se ha armado, un círculo vicioso. Y para ello debe salir un poco de su posición polarizada. ¿Qué se suele observar en estos casos? Que cuando la polarización hacia lo individual no se corta a tiempo lleva a extremos muy dañinos, como lo que puede suceder por ejemplo en las etapas previas a un divorcio o como lo que se observa en una vieja película de cine, La Guerra de los Roses (con Michael Douglas y Kathleen Turner), en la que la pareja llega al extremo de destruir todo lo que tenía en común.

El segundo concepto es muy simple pero práctico. Podemos entender que en una relación se dan básicamente dos categorías de variables: aquellas que son propias de la relación (llamémoslas intrínsecas, o mejor, internas), y las que si bien no son propias de esta si son del contexto de esta y la afectan (extrínsecas o externas). Igual podemos diferenciar en cada categoría dos tipos de variables: las que unen y las que desunen. Llegamos así a cuatro categorías:

  • Internas que unen (ejemplo, atracción)
  • Internas que desunen (ejemplo, proyectos de vida individual que potencialmente pueden ir a costa del proyecto de vida común.
  • Externas que unen (ejemplo, pertenecer a una comunidad religiosa).
  • Externas que desunen (ejemplo clásico, la suegra que no rompió nunca el cordón umbilical con el hijo, y que compite con la ayuda de la nuera con esta, por la atención del hijo).

Cuando le planteo a una persona o a una  pareja cuáles variables unen y cuáles desunen, y cuáles son las más importantes que afectan la relación, sean internas o externas, no pueden contestar fácil. Creo que entre más claro este esto en una relación mejor se manejará. Es así como lo lógico sería identificar las variables internas que unen, las que desunen (y buscar acuerdos al respecto, por ejemplo), las externas que desunen para neutralizarlas, y las que unen para potenciarlas.

El tercer tema tiene que ver con las variables que unen y su evolución a lo largo del tiempo. De esto se tratan las dos gráficas. La una sofisticada y apoyada en estudios (del libro, The Happiness Hypothesis, de Jonathan Haidt), donde se ve la evolución diferencial de dos tipos de amor, que él llama Pasional y Compasional; se ve claramente en la gráfica que mientras el pasional decrece con el tiempo, el compasional crece. La otra gráfica, mía (que ilustra un concepto, pero que no se apoya en datos), lo que busca mostrar es que podemos entender que una relación es multivariada, multi determinada; es decir, hay diferentes variables que actúan afectando la relación (en este caso, manteniéndola unida). Creo que en el inicio hay una variable muy fuerte, que ayuda a que la relación se consolide, que es la atracción (física). Pero esta va declinando con el paso del tiempo, incluso en muchos casos bastante rápido. Hay otras variables que por ejemplo no son fuertes o no están presentes al inicio, que son por ejemplo el proyecto de crianza de los hijos, y la construcción de un patrimonio conjunto, familiar. Creo que estas van creciendo en la medida que avanza la relación, pero en algún momento declinan, sea porque los hijos ‘crecieron y se fueron’ (lo que conocemos como el síndrome del nido vacío), o porque el patrimonio ya se construyó. Si simplificamos un poco, veríamos como  hay un momento en que las variables que han ido teniendo un papel vital en mantener la relación unida, decrecen. La pregunta entonces es qué va a mantener unida la relación cuando las demás variables decaen. Acá digo que hay una variable que al inicio no es muy fuerte, pero que si se logra que crezca con el paso del tiempo, permanentemente, va a ser el factor crítico. La llamo ‘el colbón de la relación’. En mi concepto, es la amistad. Lo que Haidt llama ‘amor compasional’ . Creo que es esta variable, CRUCIAL, la que permite ver fotos como la de la pareja de ancianos que aparece arriba.

¿Qué es lo importante acá? Qué si la pareja no es consciente de esto, si no cultiva la ‘variable crítica’, llega a un momento en que en la relación, que por lógica tiene un inevitable desgaste con el paso del tiempo, la voluntad de hacer el sacrificio en lo individual en los miembros, o al menos en uno, dejará de estar. Y la relación se rompe. Creo que esto es algo que ayuda a entender porque relaciones de 25, 30 o más años se rompen. Las dos personas que han vivido tanto juntas, ahora son un par de extraños cada uno para el otro. Me parece que esto se da más o menos entre los 50 y los 60 años, y le encuentro una lógica. Supongamos que uno de los dos ve su relación, que se formó por allá en la mitad de los 20s de los dos. Ve que hay un profundo desgaste. Que ya no hay nada en común. Y digo que ‘ve para adelante’ y ve que cada vez esta más cerca la vejez, que no deja de ser la etapa más difícil de la vida. Y que piensa: ¿sí quiero más de esto? ¿O me doy la pela, termino esto, y busco una relación que me permita disfrutar un poco lo que me queda de vida? Puede sonar quizá algo fantasioso, pero si llegara a ser así en algunos casos, que es lo que creo, me parecería muy comprensible. Pero lastimoso….no lograron estar ahí el uno para el otro en la etapa más difícil.