Churchill

Una de las tareas cruciales del líder, al inspirar, es proveer dirección y construir esperanza. Lo hace delineando una visión ambiciosa del futuro, que estimule el despliegue de pasión por hacer realidad las “mejores promesas de la vida”. Algo así como que “podemos ser mejores, la vida puede ser mejor”. Contagiando optimismo. Y construyendo un sólido sentido de propósito en lo que hacemos.

No es lo que hacemos, ni cómo lo hacemos. Es por qué lo hacemos. Recomiendo una buena charla TED, que se aprecia en YouTube, de Simon Sinek, sobre cómo inspiran los líderes a la acción, basada en este concepto.

Para analizar un poco este tema, respecto al cual abunda la literatura, me basaré en la frase del hombre de la foto (“sangre, sudor y lágrimas”), uno de los grandes personajes del siglo XX. La frase la pronuncia en su discurso de posesión como Primer Ministro de la Gran Bretaña, en 1940, sustituyendo a Neville Chamberlain, a quien criticó muy fuertemente por su pacto de paz con Hitler un año antes (La Paz Precaria o la Paz de Múnich), en otro discurso en el Parlamento en el que pronuncia una monumental frase: “Cuando se cede la dignidad para obtener la paz, se pierde la dignidad y no se obtiene la paz”.

El momento es patético. Europa ante las fauces de Hitler. Inglaterra atacada ferozmente. Y asume el liderazgo un hombre que lo único que puede hacer inteligentemente es INVITAR A SU PUEBLO A LUCHAR. Si, hay un mejor mañana en el futuro. Hay una “tierra prometida”. Pero para llegar a esta, hay que cruzar un desierto. Y no es fácil cruzar el desierto; arrancar quizá lo sea, pero en medio de arena en kilómetros a la redonda, con un sol asfixiante, sin fuentes de agua….no es fácil. Solo evita rendirse el creer en que se llegará a la Tierra Prometida.

Y por qué lucha, en el ejemplo, todo un pueblo, que hasta hace poco era el Gran Imperio? Por defender sus valores, su estilo de vida; por sobrevivir y preservar el legado de muchos siglos. Sus privilegios. En fin. Un sentido de propósito.

En un mundo como el actual, tan volátil, tan incierto, tan complejo y tan ambiguo, y en circunstancias por ejemplo tan difíciles como las que caracterizan en este momento y en los últimos años la economía global, se necesitan líderes que conduzcan a las personas, las empresas, los países, hacia “un mejor mañana”. Una “tierra prometida” que si bien es alcanzable, es algo por lo que vale la pena luchar….pero hay que luchar…. El líder debe contagiar de optimismo, pero un optimismo realista, basado en la capacidad de luchar por construir un mundo mejor. Y esta base se sustenta a su vez en la profunda creencia en las capacidades del ser humano para construir un mundo mejor.

“I have a dream”. El monumental discurso de Martin Luther King Jr. en un caluroso Washington, frente al Lincoln Memorial, en medio de una década plagada de conflictos raciales y civiles. 28 de agosto de 1963. 46,5 años después, en el mismo Washington y a pocas cuadras del Lincoln Memorial, pero en un frío invierno, Barack Obama se posesiona como el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos.

Para cerrar este breve análisis, cito a quien llamo “el poeta de Liverpool”, con la letra de su más bonita canción:

Imagine there’s no Heaven , It’s easy if you try , And no Hell below us, Above us only sky 

Imagine all the people , Living for today, Imagine there’s no country, It isn’t hard to do 

Nothing to kill or die for, And no religion too , Imagine all the people , Living life in peace 

You may say I’m a dreamer , But I’m not the only one , I hope someday you will join us ,
And the world will be as one 

Imagine no posessions , I wonder if you can, No need for greed or hunger , Or Brotherhood of Man 

Imagine all the people , Sharing all the world , You may say that I’m a dreamer 
But I’m not the only one 

I hope someday you will join us , And the world will be as one

Inspirar implica creer que hay un mundo mejor, que podemos imaginar, que creemos que se puede construir. El líder da la chispa…