copermico

El concepto de paradigma es muy interesante. Recuerdo de mis épocas de estudiante que se hablaba de cómo la ciencia avanza cuando rompe paradigmas. Recuerdo ejemplos como el de que la humanidad vivió muchos años con el paradigma de que la tierra era plana (el paradigma tiende a mantenerse contra evidencias en contra, hasta que alguien lo rompe y se reemplaza por otro); otro, el que rompió Copérnico, el hombre de la foto, cuando planteó que la tierra gira en torno al sol y no lo contrario (“….y sin embargo, se mueve…”). Otro, el que rompió Darwin al plantear que el hombre desciende del mono, no siendo una criatura única hecha a imagen y semejanza de Dios. Y otro, el que rompió Freud.

La Psicología Positiva, movimiento relativamente reciente que abandera el estudio de la felicidad, ha buscado romper un paradigma. Y es que la ciencia no debe solo dedicarse a buscar entender y “arreglar lo que está mal” (en el caso de la Psicología y la Psiquiatría, de buscar combatir la enfermedad mental y los desórdenes de comportamiento), sino entender y buscar afianzar lo que “está bien”. Promueve el aprovechamiento de las fortalezas y la búsqueda de acrecentar las emociones positivas, sin desconocer la existencia y razón de ser de las emociones negativas (con un claro valor adaptativo), de la adversidad con la consecuente resiliencia, y de las vulnerabilidades propias de todo ser humano.

Me gusta de este enfoque el realismo que implica. No se trata de la búsqueda de la “felicidad instantánea”, ni de dar recetas (“10 pasos para ser feliz”), sino de una concepción de la vida como algo que hay que vivir a plenitud, aceptando sus vicisitudes.

Algunos conceptos interesantes al respecto de la búsqueda de la felicidad, extractados de libros de expertos en el tema:

  • La felicidad es muy diferente al hedonismo (búsqueda del placer por si mismo).
  • Uno de los más grandes obstáculos a la felicidad es que pretendemos ser perfectos, no felices (Ben – Shahar Tal, The Pursuit of Perfect)
  • Ser feliz no quiere decir que seamos inmunes al sufrimiento, al fracaso, a la ansiedad; debemos permitirnos ser humanos (B-ST, citado arriba,  famoso por su muy popular clase sobre Felicidad en Harvard Business School).
  • La felicidad no llega por recetas; es una construcción que debe hacer cada uno; no es un proceso parcial, basado en soluciones parciales; no es algo que “pasa”, no llega por suerte, no la dan automáticamente el poder o el dinero. Es una condición que debe cultivarse, para la que hay que prepararse y que hay que defender. (M. Csikszentmihalyi; Flow)
  • La felicidad auténtica proviene de identificar y cultivar las fortalezas y virtudes mas fundamentales y de utilizarlas en el día a día  (M. E. Seligman, Authentic Happiness).

Mi conclusión al respecto es que todo es cuestión de foco. De en qué nos concentramos. Qué pretendemos expandir, sin negar lo demás….Que la felicidad no es un “baloto”, una lotería que nos ganamos, sino una construcción que hacemos, día a día y a lo largo de la vida. Que la alcanzamos si sentimos que nos la merecemos. Y que fundamentalmente depende, como expresé en mis blogs iniciales, de lo que sucede en el interior del individuo. Como dice uno de los “padres” de la Psicología Positiva, M. Csikszentmihalyi, en su libro clásico, citado arriba: “lo que se necesita es controlar la experiencia interior, que determina la calidad de nuestras vidas, y por ende, lo que sería la felicidad”.