tetsuro

Dos noticias de la prensa en la semana que termina (textuales de la fuente):

1. El presidente de Mitsubishi Motors, Tetsuro Aikawa, anunció hoy su dimisión por el escándalo de falsificación de datos de consumo de varios modelos de minivehículos de la empresa, y afirmó que la dirección de la misma no ordenó dicha manipulación. Su dimisión, que se hará efectiva el próximo 24 de junio, se debe a los “serios problemas causados a los clientes y accionistas de la empresa”, según explicó en un comunicado la empresa….Aikawa ha tomado esta decisión tras cerrarse la compra del 34% de Mitsubishi Motors por parte de la también nipona Nissan Motor, lo que constituye “una salida” a los problemas que atraviesa el fabricante a raíz del escándalo desatado por el falseo de datos, según explicó en rueda de prensa….Asimismo, Aikawa señaló que dicha manipulación “no fue ordenada” desde la cúpula de la empresa, después de que la primera fase de una investigación interna señalara a algunos de sus ingenieros como responsables del falseo, debido a la presión por alcanzar los objetivos fijados por la dirección.

2. El fabricante nipón Suzuki Motor admitió hoy que utilizó un método irregular para medir el gasto de combustible de 16 de sus modelos de vehículos, aunque esta práctica no afectó a los datos finales de eficiencia energética de los mismos. Así lo anunció hoy el presidente de la compañía, Toshihiro Suzuki, en una rueda de prensa convocada en el Ministerio nipón de Transporte, tras llevar a cabo una investigación interna a petición de las autoridades niponas a raíz del escándalo de falseo de datos de consumo protagonizado por la también nipona Mitsubishi Motors

Es muy interesante que se replica lo sucedido con el Grupo Volskwagen hace unos meses, que ‘arrasó’ con la reputación de la marca, obligó a la dimisión de su arrogante ex CEO, y en un día llevó al conglomerado a perder 40% de valor en el mercado. En una industria que parece amenazada a mediano plazo por cambios estructurales con la cada vez más fuerte presencia de los carros que no requieren conductor sino que son manejados por un software. En días recientes salió también en la prensa el anuncio de que Apple invierte 1.000 millones de dólares en una compañía china cuyo propósito es avanzar en este segmento de mercado. La presencia de las dos compañías más grandes del mundo en capitalización de mercado, Google (a través de Alphabet) y Apple, debe actuar como amenaza de tormenta. Mientras, compañías muy consolidadas en el sector automotriz, como las citadas, arruinan su reputación falseando información que engaña al consumidor. Es como ‘suicidarse’ de a pocos.

Y más cerca, en Colombia, en estos días vuelve a tratarse el tema de los escándalos de los carteles de precios, que afectan al consumidor. En artículos de primera necesidad como papel higiénico, pañales o cuadernos. Marcas tan reputadas (!) como Familia, y tan cercanas al consumidor, como Carvajal, Kimberly Clark, y otros, se ven afectadas y se alistan a pagar enormes sumas como multas emanadas por la Superintendencia de Industria y Comercio.

Para el análisis, tomo la frase del primer párrafo, donde el hombre de la foto (Tetsuro Aikawa) dice que “dicha manipulación no fue ordenada desde la cúpula de la empresa”. Probablemente. Pero entonces, ¿como es que esto sucede? El mismo artículo dice más abajo, en el mismo párrafo, que tiene que ver con la presión por los resultados. Por eso el título de este blog. Los “falsos positivos” del ejército colombiano en el gobierno  de Uribe, tuvieron el mismo motivo: la necesidad de mostrar un resultado, no importa el cómo….”haga lo que tenga que hacer pero que yo no sepa”. Ya atrás había escrito un blog similar, analizando que las personas finalmente se comportan con base en aquello en que las miden….si la presión por mostrar unos números es muy alta, no habrá consideración ética ni código de conducta que valga.

Las presiones hacia los altos directivos de las empresas, en sentidos que pueden enfrentarse, van a llevar a que estos creen una cultura que – como cualquier otra – se base en contradicciones que convivirán mientras no exista una necesidad de priorizar. En estos casos, las presiones van por un lado hacia cuidar la reputación (construir una imagen ante el consumidor, una cultura ética que ayude a consolidar la imagen de buen empleador, etc..), y por el otro, hacia mostrar resultados (…el capitalismo salvaje de Wall Street….el accionista solo quiere ver valor en el presente, a toda costa). En la medida que aumente la presión (por ejemplo, creería que es parte de lo que sucede en el sector automotriz, ante la presión que pueden ejercer amenazas como el eventual cambio en la industria), se va a desbalancear un frágil equilibrio’, llevando a que el dilema se resuelva por el lado más apremiante (resultados); “no importa el costo”.

Obviamente el empleado interioriza estas contradicciones de su cultura, y entiende “bien” hacia donde debe resolver los dilemas. El “único pero” es que donde salgan a flote los escándalos, quizá será el primer sacrificado.

Y las paredes de las grandes oficinas exhiben con orgullo cuadros muy bien diseñados y enmarcados, donde se pregonan con orgullo “NUESTROS PRINCIPIOS Y VALORES”. Ups…como dice uno de mis autores favoritos, Warren Bennis: “(En este libro) discuto como los líderes generan y sostienen la confianza, y uso la metáfora de un trípode. Una pata del trípode es la ambición; otra pata es el ser competente; y la tercera pata es la INTEGRIDAD, LA FÁBRICA MORAL” (On Becoming a Leader). Otro gurú del tema, Stephen Covey, lo argumenta en su libro “Liderazgo Centrado en Principios”. En últimas, todo gira en torno a qué es realmente liderazgo…