Dando continuidad al blog previo….recién escribí este último, recibí por las redes sociales un video de Michael Moore (foto) sobre el éxito de la educación en Finlandia, que se puede apreciar en YouTube. En breve se trata del análisis de cómo Finlandia se convierte, después de estar a la par con EEUU, en el primer país del mundo en calidad de la educación. Algunos puntos destacados (suponiendo que el video se basa en realidades, dado que MM es bastante crítico de la sociedad estadounidense):
1.EEUU y Finlandia hace algunos años compartían el mismo lugar en el ranking de calidad de la educación. Hoy Finlandia es el primero, y EEUU el 29.
2. MM pregunta el por qué a la Ministra de Educación en Finlandia: la conclusión, NO HAY TAREAS.
3. Ello se basa en la premisa de que el niño necesita ser niño y tiempo para disfrutar la vida. Supone que el niño requiere relajar su cerebro, y que el colegio está para que el niño socialice, sea feliz y sea niño. Y que hay más cosas importantes en la vida además de la escuela.
4. Con una jornada académica de 20 horas a la semana, es la más corta en el mundo. Pero produce los mejores resultados.
5. El resultado final es el empoderamiento del niño y el joven. Piensan por sí mismos y son felices.
Nuestro sistema académico va en contravía. El excesivo énfasis en la búsqueda de la excelencia académica termina teniendo defectos de fondo, a pesar de que pretende algo muy bueno, la excelencia. Es lo que pretende el sistema, y está bien. El mundo es extremadamente competitivo, más hoy en día, y cada vez más. Por ejemplo, alguien en nuestro medio, joven, que no haga al menos una maestría (casi que ni importa dónde,,,), está de entrada descalificado. Si algún joven por allá a los 28 años, con unas muy buenas competencias intelectuales y brillante récord académico en Colombia, quiere apuntar a un MBA en una de las 10 mejores universidades del mundo, se enfrenta a una violenta competencia. Me dicen jóvenes que han llegado a ser admitidos, que la preparación es enorme, y la competencia salvaje. Y que los latinos reciben un tratamiento más benévolo que los de otras partes, pues se busca también que en las clases haya diversidad cultural. Pero los primeros lugares son para asiáticos (chinos, indios….) y para los mismos estudiantes locales (gringos). La competencia global es feroz. Y hay que preparar al estudiante nuestro. La pregunta es ¿cómo?
Mis hijos estudiaron en uno de los mejores colegios del país. De los que en los rankings con base en los puntajes del Icfes sale en los primeros lugares sistemáticamente. Excelente nivel. Pero en contraste con lo que pasa en Finlandia, recuerdo muchas citas con los profesores. Nos decían que nuestros hijos tenían que llegar a la casa y dedicar mínimo dos horas a hacer tareas, y si no, no lo lograrían. Me preguntaba: ¿Y a que hora pueden descansar? ¿Ser felices? ¿Jugar? Luego de una jornada per se agotadora, y un viaje que dado el tráfico de la ciudad podía tardar una hora en un bus, llegar a sentarse a estudiar más y más. La verdad me quedaban grandes dudas. Y no por no apreciar lo importante de la excelencia académica (por eso mis hijos estudiaban donde estudiaban).
De niño estudié en el Colegio Andino, alemán. Me cambié de colegio, a uno local, en segundo de bachillerato (hoy, séptimo grado). Recuerdo de ese entonces una excelente formación académica, indiscutible, que agradezco; es la parte loable del sistema. Pero recuerdo también que era un colegio culturalmente muy difícil. Tiempo después cuando hablaba con alguien que había sido mi compañero, aún apreciaba cierto resentimiento por los malos recuerdos del colegio. Pero no ahondo en ello, sino en la paradoja que estoy tratando de describir.
Este tipo de colegios, como los hay muchos, tienen cosas no tan buenas. Son el paradigma del sistema academicista. Algunas de las que veo y que me parecen poco loables, son:
- En la mayoría de los casos tiene un efecto sumamente adverso: distorsiona el placer por aprender. Algo que al niño le es placentero, aprender, conocer el mundo, adquiere un sentido agobiante. El colegio resulta algo que toca hacer, donde hay cosas buenas como los amigos, pero donde estudiar es muy aburrido. Cito dos casos: el pavor a las matemáticas (que no son sino el pensamiento lógico aplicado, que todos tienen, algunos más fuerte que otros por la misma naturaleza como viene diseñado su cerebro); y, ..pregunto en chiste a los niños cuál es su materia favorita. Me contestan cualquier cosa, y les digo “pensé que era Recreo”…y se ríen pícaramente.
- El sistema no necesariamente conduce a que la persona sea integral. La fuerte presión a lo académico (más en la parte racional del individuo), va en contra a veces, de que se desarrollen otras facetas cruciales en la persona. Y creo firmemente que la Mejor Versión de un ser humano se consigue cuando encuentra la integralidad.
- Esta alta presión a la excelencia académica conduce a que se den ambientes competitivos (más tarde estudié en Los Andes, y volví al mismo escenario, compañeros que más que amigos eran mis competidores). Y creo que no exagero.
- Y a que se distorsione el fin dados los medios (ver blog anterior). Plagio, copia, robarse exámenes, etc. Ello cuando la presión a la nota alta va acompañado de mensajes confusos o inconsistentes en los valores.
- Muy importante: creo que el sistema está diseñado para lidiar con un 80% (obvio, aproximado) de la población. pero es pésimo para lidiar con el otro 20% (hiperactivo, tímido, etc.). Y a este con frecuencia “lo arrasa”. Hará un siglo era malo para lidiar con un personaje que sencillamente “venía diseñado así”: el zurdo. A reglazos lo volvían diestro. Y esto es crucial pues atenta contra la hoy tan importante apreciación de la diversidad (en todo sentido; no solo por lo que sucede con una apertura en nuestro medio, sino por ejemplo en las empresas globales, donde un líder fácilmente debe dirigir a distancia equipos con enorme diversidad cultural y geográfica).
- Otro gran defecto del sistema academicista es que ESTANDARIZA. Es lo que trata la película The Wall (foto), de Pink Floyd, en la que quizá en la más importante escena los niños van en una fila (línea de ensamble), caen a un embudo gigante, del cual salen transformados en ladrillos, todos iguales, a formar parte de una pared. Lo importante de esto es que en mi opinión la gran opción del individuo es justamente AFIRMAR SU SER DIFERENTE. Se produce el exabrupto (volviendo al tema de las matemáticas) en el que una persona toma una decisión crucial en su vida (qué estudiar, qué profesión escoger), con base en que sea algo que “no tenga matemáticas”. En vez de preguntarse ¿que quiero de mi vida?
- Otro tema ligado es el de que el sistema busca producir estudiantes trofeo. Para que sirvan de orgullo a sus padres y al colegio. El lío es que ser trofeo es muy complejo, pues lleva a que en la definición de la identidad del joven prime el DEBE SER sobre el SER.
El sistema no es que sea malo. Pretende algo clave, más en el mundo de hoy. Pero tiene contradicciones. No siempre conduce a que haya mejores personas.
Para finalizar dejo dos breves reflexiones. Hay una muy interesante gráfica en el mundo de la consultoría de empresas, que relaciona dos tipos de habilidades, y cómo van cambiando a medida que se crece en la estructura organizacional. Las primeras, que son proporcionalmente muy importantes en las primeras fases del individuo en la organización, pero que van decreciendo en importancia comparativa a medida que asciende (a jefe, gerente, ejecutivo, CEO…), son las HABILIDADES TÉCNICAS. Y las otras, que evolucionan en el sentido contrario (proporcionalmente bajas en el nivel técnico, muy altas en el CEO), son las HABILIDADES SOCIALES. Hago esta relación porque las Técnicas me parecen muy propias de la formación académica, pero las segundas, más propias de la sociabilidad que desarrolla el niño en el juego con otros….en el RECREO, en las actividades extracurriculares, en el parque, etc.
La otra reflexión tiene que ver con el sistema en EEUU. Me pregunto por qué produce con tanta frecuencia estudiantes desadaptados, llenos de resentimiento, que un día llegan al colegio con un arma automática, y disparan por doquier matando compañeros y profesores. ¿Cómo se llega a esto?
Mi mensaje de fondo es que debemos tener más claro que es lo más importante cuando lidiemos con niños y jóvenes, y por qué no, con empleados, a quienes aún hoy muchas empresas tratan como niños pero les exigen comportamiento de adultos.