
Esta semana publicó el periódico El Tiempo una encuesta de Nielsen, en la que un dato interesante es que el 60% de los encuestados teme perder su empleo. Ello debido en buen grado a la crisis económica. La gente teme, e interpreta con inquietud la realidad que lo circunda en la empresa. Con base en este dato, algunas reflexiones, que ya he tratado de alguna forma atrás.
En un mundo tan sumamente volátil como en el que vivimos (las siglas VUCA, en inglés, describen el entorno de los negocios en el mundo global de hoy: V de volatile, U de uncertain, C de complex, A de ambiguos), la pregunta a hacerse sería: ¿en qué puede basar el empleado su estabilidad, su seguridad, su tranquilidad?
Si la persona se enfoca en tratar de controlar lo que sucede en su mundo externo (lo que Covey llama Círculos de Preocupación), sentirá que lo que le puede dar seguridad y tranquilidad es el hecho de tener un contrato laboral. Ser empleado. Tener buena relación con sus jefes. Construir un buen network. Si se necesita, “adular” a los que tienen el poder y la decisión de despedirlo eventualmente. Si hay sindicato, afiliarse a este. En fin….
Pero creo que nada de esto sirve. Si la empresa entra en zona de turbulencia, “sacará la guillotina”. Y a “cortar cabezas”. Quizá empiece por el más costoso, o el más nuevo, o el de peor desempeño. En fin. Pero digo que cuando cae la guillotina hay que preocuparse por el pescuezo.
Por otro lado, ya he expresado antes mi hipótesis de que el concepto de empleado está lenta y gradualmente condenado a la extinción. Casi diría que empezó su fase agónica, pero no debo exagerar.
Si la persona se enfoca en controlar lo que sucede en su interior (los círculos de influencia del genial Covey), probablemente le irá mejor. Lo que necesita hacer, entre otras, es algo así como:
- Empoderarse a sí mismo. Esta es la ‘cura’ contra el miedo. Empoderarse es en últimas sentir y pensar que ME PUEDO HACER CARGO DE MI DESTINO. No es tener flotadores lo que termina evitando que el niño se hunda en la piscina. …es logrando que aprenda a nadar.
- Diagnosticar mucho más ampliamente sus competencias. Entender que son estas y no un papel (contrato) lo que le permitirá agregar valor, sea como empleado, como emprendedor o como contratista.
- Desarrollar resiliencia. Es decir, “verraquera”, capacidad de luchar (estudios muestran que el 80% de las personas son resilientes). Cito de nuevo una muy buena frase: “Si no podemos controlar las volátiles mareas del cambio, podemos aprender a construir mejores botes” (A. Zolli, Resilience: Why Things Bounce Back).
- Ligado a este último: entender que crecer implica un permanente juego de salir de zonas de confort para construir nuevas pero ampliadas. Entender y aceptar el cambio como característica fundamental de la vida.
- Ser EXCELENTE TRABAJADOR. Las empresas gustan mucho de los buenos trabajadores.
- Y si se está en una empresa que es (realmente) Buena Empleadora, dar el máximo nivel de compromiso que se pueda alcanzar. Ello porque redunda en el propio beneficio.
Sobre este último punto un recuerdo. Me remonto a 1.991, cuando en Colombia se empezaba a aplicar la Ley 50 de 1990, en lo concerniente a nuevo régimen de cesantías. Como se creaba un nuevo régimen pero se respetaba el derecho de quienes estaban en el anterior (“doble retroactividad de las cesantías”), las empresas desarrollaron masivamente esquemas para comprar este derecho a quienes lo tenían (era un asunto enormemente costoso). Pero la nueva ley generaba muchos temores. Tenía entonces un jefe que admiré bastante (“El Dr. Neumann”). Preocupado por lo que se percibía en la gente, y dado que el laboratorio para el que trabajaba estaba empeñado en hacer esa negociación con la gente, le dije al Dr. Neumann, que era muy buen tipo pero además brillante: “Dr. Neumann, la gente tiene mucho temor por la estabilidad laboral”. Me dio una respuesta que nunca olvidé: “Alejandro, dígales que el único factor realmente determinante de la estabilidad es que una empresa sea exitosa”. Nunca olvidé este comentario, el cual considero muy válido.
Cuando el individuo se enfoca en su interior encuentra la real fuerza que le permite navegar las aguas turbulentas que trae la vida. Lo demás tiene mucho de espejismo. Otra frase que me grabé pues me cambió un paradigma que tenía: “la lucha da la fuerza” (no es que si hay fuerza se luche….es que luchar desarrolla la fuerza).