
Tengo gratos recuerdos de la niñez sobre la lectura. Mi generación no tenía TV (muy pocas horas), internet, celular….Nuestros juegos eran sorprendentemente simples: bolitas de cristal (canicas), carreras de carros donde estos eran tapas de gaseosa llenas de cera para que en el trayecto no se voltearan, naipes (de verdad), etc. En algún parque (entonces existían para que los niños jugaran), o jardín (también existían los jardines). En este contexto tuve la fortuna de criarme en un hogar donde los libros eran objetos centrales.
Uno de estos, que he recordado siempre, eran las fábulas de Esopo (foto), aquel esclavo griego tan sorprendentemente, a mi juicio, sabio. Tenía el poder de transmitir conceptos profundos con sorprendente simpleza. De paso, recuerdo una definición de sabiduría que me gustó mucho: “sabiduría es el arte de reducir lo complejo a simple”.
Con esta introducción, citaré dos fábulas de Esopo, que curiosamente tratan conceptos que se volvieron con el tiempo muy importantes en la vida empresarial.
El primero: la fábula del ciego y el cojo. Van caminando por un sendero un ciego y un cojo…llegan a un río que deben vadear, pero que está crecido. En primera instancia se quedan perplejos, pensando que no podrán cruzar. Hasta que uno de los dos, creo que el cojo, le dice al otro: “Usted puede caminar y yo puedo ver…si me monto en sus hombros, le puedo señalar el camino y podremos atravesar el río”.
Esto tan simple es para mi la mejor definición de sinergia: la suma de las fuerzas, a pesar de las vulnerabilidades, creando una fuerza superior a la suma de las partes. O, dicho en números, 1 + 1 = 3. Excelente simpleza…no sobra decir lo crucial que es la búsqueda de sinergias en el mundo empresarial, y por qué no, en la vida. Una buena relación de pareja debe basarse, por ejemplo, en la sinergia.
El otro, el del leñador y sus hijos. Un viejo hacendado tiene 3 hijos. Ya está muy viejo y un día los reúne. Lleva un atado de palos, y les dice que aquel que logre partir los palos del atado se queda con todo. El mayor, con el primer turno, hace toda su fuerza pero no logra romper el atado. Viene el segundo, con gran arrogancia (“yo si puedo”), hace lo mismo pero tampoco lo logra. Y lo mismo pasa con el menor. Ante ello, el viejo hacendado toma el atado, lo desata, y uno por uno rompe los leños. Y les dice: “así como el atado, si Ustedes se mantienen juntos no los podrán derrotar, pero si se separan, los vencerán muy fácil”. Así el hacendado les deja su mejor herencia con un simple ejemplo.
Esta sería la fábula del trabajo en equipo. Al final, muy parecido al anterior. La unión hace la fuerza…
Sinergia y trabajo en equipo…temas cruciales en la vida empresarial, en las familias, en la vida. Y hace unos miles de años un esclavo griego (esclavo no por origen sino por haber sido preso por efecto de una guerra), con su poder de observación y la gran facultad de ver lo simple dentro de lo complejo, ya transmitía ese saber. Simpático, pues las Fábulas de Esopo en teoría son para niños. Como los grandes juguetes, los disfrutan más los adultos, aquellos niños grandes en que nos convertimos con el paso del tiempo.