
La semana anterior sucedió un hecho muy interesante en el convulsionado mundo actual. El partido de Angela Merkel vuelve a ganar las elecciones (en un contexto confuso, en el que aparece de nuevo en el parlamento la ultraderecha, de tan ingrata recordación en Alemania). Inicia su cuarto período de 4 años como Canciller, algo que solo ha sido logrado por su mentor, Helmut Kohl, quien lamentablemente salió del gobierno por un escándalo de donaciones a su partido.
Creo que Alemania es un gran país, se le quiera o no; creo que aún hoy la sombra de la Segunda Guerra Mundial ensombrece la percepción que tenemos de este pueblo germano, tan culto y disciplinado. En la reciente turbulencia económica disparada por la crisis de la deuda hipotecaria en EEUU (Salomon Brothers, etc), creo que la dinámica de crecimiento de la China salvó al mundo del colapso, y la Locomotora Alemana salvó a Europa de su debacle (cuando España, Grecia, Irlanda, Portugal e Italia, y en general casi todo el continente europeo colapsaba económicamente), sacando adelante la economía. Y en un entorno actual tan ‘complejizado’ por los problemas de inmigración, terrorismo y demás, Angela Merkel sigue al comando, dando ejemplo de liderazgo positivo (como los grandes líderes de la historia), mientras en el resto del mundo los lideres generan vergüenza (Berlusconi, el ‘Sheriff’ Trump, Maduro, David Cameron con sus tiros al pie – Brexit, etc).
Todo ello a propósito del tema de la mujer en posiciones de liderazgo. Con el tema en la cabeza, y a pesar de que aún es muy baja la participación de la mujer en las posiciones de comando de las grandes corporaciones (ya no liderazgo en el gobierno sino en el sector privado), me puse a buscar en Google qué mujeres están al mando en grandes corporaciones. Me quedé sorprendido, gratamente. La lista es comparativamente larga. Solo cito unos pocos ejemplos, que aparecen en Google al clickear “mujeres CEO”:
Indra Nooyi (Pepsico)
Ginni Rometty (IBM)
Meg Whitman (HP)
Mary T. Barra (General Motors)
Extracto de un curso sobre Liderazgo Femenino en Coursera (Women and Leadership: Inspiring Positive Change; Diana Bilimoria), un dato de un estudio de Businessweek, sobre donde tiene mejores competencias para el liderazgo la mujer que el hombre. En síntesis:
Son mejores que el hombre en cuanto a motivar a otros, manejar la comunicación, producir trabajo de alta calidad, y escuchar a otros.
En otro estudio citado la autora da el dato de una serie de competencias en que la mujer supera al hombre (estudio de assessments 360 de liderazgo, para 7.280 líderes a lo largo del mundo); entre otras:
Iniciativa, auto desarrollo, integridad & honestidad, inspiración a otros, etc
Hasta acá los estudios; ahora mis “teorías” (producto de mi experiencia y observación, obviamente sin validez científica).
Creo que la mujer viene mejor diseñada que el hombre para muchas tareas, entre otras, las administrativas (en amplio sentido), y las ‘pro-sociales’. No en balde es el factor aglutinante de la familia.
Creo que, al menos en el trabajo, lo que la hace “mejor” son sus actitudes: más alto sentido de responsabilidad y de ética. Recuerdo por ejemplo un estudio global de Price Waterhouse sobre corrupción en el entorno empresarial, en el que el dato era que algo así como el 80% de los fraudes internos los cometían los hombres.
Creo que gradualmente le ha tocado ganarse su espacio, en un mundo que venía siendo monopolizado por el hombre; quizá esto la ha hecho esforzarse por demostrar su valor, mientras el hombre siente de entrada que es “bueno” y no tiene que esforzarse por demostrarlo; así, luchar habría obligado a la mujer a dar más de sí misma.
Y para no cansar: creo que lo que le da fuerza a la mujer, es también lo que más se la quita: lo emocional. La mujer por cultura está mucho más cerca de su parte emocional que el hombre (“no llore, no sea nena”; ello en nuestra cultura). Y mi teoría es que la fuente de FUERZA en el ser humano es lo emocional. Pero creo que a la par que es su fuente de fortaleza, la hace muy vulnerable por no saber siempre administrarla bien (quizá por su mayor complejidad hormonal).
Además, quizá por cultura, al menos en las empresas lo que he visto es que la mujer tiene un fuerte problema con “ella misma”, en el sentido de ser mujer: es terriblemente competitiva, envidiosa; como si el hecho de que una mujer tenga “valor” por definición se lo quitara a ella. Digo que el “peor enemigo de la mujer es otra mujer”. Todo ello con mucho respeto, claro está.
Pienso en todo ello cuando veo una mujer como Angela Merkel, y trato de entender qué hace que sobresalga en un entorno donde tanto líder decepciona. Es sencilla, discreta, lenta en su toma de decisiones, pero obviamente acertada; perseverante. No tengo un retrato verbal sobre ella; solo veo los hechos que produce. Una física de profesión sobresaliendo en el mundo del poder (que llamo “estanque de tiburones”). En un mundo que va hacia el odio racial y la fobia anti inmigración, esta mujer desgasta su capital político promulgando lo contrario. Menos mal el mundo tiene hoy y por cuatro años más a esta mujer al comando de Europa. Da cierto “frescor”.
Las mujeres tienen uno, mejor, varios ejemplos a emular. Mis respetos por ellas.
Pero quizá antes SE LA TIENEN QUE CREER MÁS!