
Viendo hoy el partido Croacia vs Rusia, en el Mundial de Fútbol, me fijaba en Luka Modric (foto), excelente jugador del Real Madrid. Había oído en algún lado que de niño había tenido una vida difícil, con ocasión de la atroz guerra de independencia de su país, Croacia. Su país fue parte de la antigua Yugoeslavia, y quedó inmerso en el profundo conflicto entre croatas, serbios y eslovenos, que a no muchos años de finalizada la Segunda Guerra Mundial recordó al mundo que aquella barbarie (campos de concentración, aniquilación de minorías…) estaba lejos de haber quedado superada.
Volviendo a Modric, su familia fue víctima de desplazamiento forzado, y de niño vio morir ejecutado a su abuelo. Según Wikipedia, como muchos niños y jóvenes cuya pasión es el fútbol, Luka quiso seguir esa pasión. Y sus padres….‘DECIDIERON APOSTAR POR EL PESE A LA MODESTA SITUACIÓN ECONÓMICA DE LA FAMILIA’ (Wikipedia).
Hoy es un jugador de primera línea, de uno de los mejores equipos del mundo. Increíble el camino recorrido para llegar desde la desdicha y la dificultad, hasta el éxito. La tan citada (por mi) resiliencia. Tantos ejemplos de maravilla que uno oye o lee.
Esta breve introducción sirve para dos análisis interesantes:
El primero lo llamo “atravesar el desierto”, y es una analogía que uso mucho. Me baso en la Historia Sagrada, en Moisés. Sin profundizar en los recuerdos, Moisés lideró la liberación del pueblo judío, llevándolo desde Egipto hasta la Tierra Prometida (El Éxodo), a través del desierto. Aquí es donde aparece la analogía.
Digo que muchas veces la vida nos pone en situaciones del tipo ‘atravesar un desierto’. Por alguna razón hemos tenido que salir de algún lado (alguna zona de confort…), y no podemos volver al pasado. No hay reversa. Y quedamos en la mitad del desierto. Y ‘estar en la mitad del desierto es muy difícil; en los días el sol abrasador nos derrite, la sed es inconmensurable, para dónde uno mire solo ve arena, no sabe uno si camina para algún lado o solo da vueltas en círculo; en las noches el frío es intenso…y uno ya solo quiere rendirse, no seguir, no luchar más……..ahí es donde aparece el concepto crucial….HAY UNA TIERRA PROMETIDA….un mundo mejor….y aparece la ESPERANZA….y uno sigue….no se rinde…hasta que llega a esa TIERRA PROMETIDA.’
Imagino que el joven, o niño Luka Modric, construyo con aquel asunto donde tenia talento y pasión, una TIERRA PROMETIDA. La esperanza es el motor para luchar. “No le quites a un hombre la esperanza, pues puede ser lo único que le quede”…..y el joven Luka cruzó el desierto y llego a su tierra prometida, el éxito deportivo.
El otro análisis tiene que ver con el papel jugado por sus padres. Creyeron en el joven Luka, le apostaron a su talento. A su pasión. Lo apoyaron en su lucha. Excelente ejemplo de liderazgo, en este caso de unos padres. Creer en sus sueños, creer en su talento, creer en su pasión.
Hace poco me llegó un video a través de las redes sociales (charlas patrocinadas por BBVA), sobre la increíble historia de Hikari Öe, compositor japonés que nació con enormes dificultades que hacían predecible su temprana muerte; los médicos aconsejaban a sus padres (él, Kenzaburö Öe, ganador del Premio Nobel de Literatura) dejarlo morir dada la abrumadora predicción que sugería su estado de salud….se dedicaron a sacarlo adelante. Un día vieron que tenía un talento auditivo sobresaliente, a raíz de su fascinación por el canto de los pájaros. Le colocaron una profesora de música, a la que tiempo después Hikari le mostro bosquejos de partituras que se semejaban a las obras de Mozart. Aprendió a comunicarse a través de la música.
En el fondo sus padres hicieron lo mismo que los de Luka Modric. Creer en su hijo, ver talento en él, pasión; y lo apoyaron. De eso se trata en buen grado el LIDERAZGO, que está implícito en toda interacción humana.