Lo que enseña la adversidad

Continuando este blog, me adentro en un análisis que me resulta muy interesante. Cómo algo que nos hace sufrir, nos puede hacer crecer? Como he hecho ya antes, postergó un poco el análisis para acudir primero al análisis de dos ejemplos, muy conocidos en general. Primero tratare en este espacio el caso de Víctor Frankl, para luego tratar el de un caso paradigmático, que me ha resultado siempre muy valioso: el de los sobrevivientes del accidente aéreo en los Andes, a inicios de los 70. No me centraré en los hechos, muy bien descritos por los protagonistas. Sino en el análisis de la transformación surgida como consecuencia de las tragedias vividas. Empiezo por Víctor Frankl, muy reconocido hoy día por  su creación de la Terapia Basada en la Búsqueda de Sentido, o Logoterapia. En su libro clásico, El Hombre en Busca de Sentido, relata sus experiencias en un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial; en este, básicamente se pregunta qué hace que algunos sobrevivan circunstancias tan atroces, y otros no.

Solo me concentraré entonces en la transformación. Así que analizó quién era VF antes de la experiencia, y quien pasó a ser luego. No soy experto, por lo que me disculpo por cualquier imprecisión.

VF era un psiquiatra vienés, si no estoy mal, discípulo de Freud. Con la muy mala suerte de haber sido judio, en Viena, en la época nefasta del nazismo. Supongo que era como muchos judíos de la época, acomodado. Probablemente antes del ascenso de Hitler al poder su vida era normal, quizá cómoda. Hasta que vino la tragedia. Qué bien describe en su libro.

Quien pasó a ser VF? Si nos basamos en su libro clásico, podremos encontrar una luz. Para ello, utilizaré citas textuales de su libro.

  • «Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una sola cosa: la última de las libertades humanas – la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias – para decidir su propio camino»
  • «Fue entonces cuando aprehendí el mayor de los secretos que la poesía, el pensamiento y el credo humanos intentan comunicar: la salvación del hombre está en el amor y a través del amor»
  • «…pues aún en un campo de concentración es posible practicar el arte de vivir, aunque el sufrimiento sea omnipresente»
  • «Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito»
  • «…en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros»

Qué podemos deducir de todo esto? Para mi, que la experiencia le mostró a VF no solo una faceta mucho más profunda de la vida, sino que lo conectó con el que entiendo es un concepto suyo: encontró una mucho mejor versión de sí mismo. Y quien le vino a enseñar todo esto fue la adversidad, una experiencia profundamente dolorosa, tan profusamente reseñada en la literatura sobre el Holocausto.

De sus frases extracto, porque los entrelazaré mas adelante, conceptos clave como: la más profunda valoración de la vida, del amor como filosofía vital, la posibilidad plena del ser humano de ser dueño de lo que sucede en su interior, y la de encontrar un sentido para la vida.

En mi segundo análisis, el de los Sobrevivientes de los Andes, encontraremos cosas muy parecidas. Lo analizaré en mi siguiente blog.

Fuerza Interior: qué es, de qué depende y en qué condiciones se presenta

Por mucho tiempo me he preguntado qué es lo que llamamos fuerza interior. La pregunta es muy difícil de contestar, pero es importante aproximarse a la respuesta. Entre otras porque la vida nos va a poner muchas veces en situaciones en que necesitaremos desplegarla.

El primer análisis que hago gira en torno a si la Fuerza Interior (FI) es algo que sólo poseen algunas personas. O si es algo que potencialmente todos tenemos. De entrada para mí, es muy claro que es lo segundo. Pero de ahí surge otra pregunta: ¿por qué no siempre la desplegamos? Como toda buena pregunta, lo que menos importa es encontrar la respuesta, sino entender la pregunta. Mi primera aproximación es que en general y mientras nos es posible, nos tendemos a situar en zonas de confort. Esto es muy lógico. Al ser humano le gusta el confort, y eso está bien. Pero la tendencia a quedarnos en zonas de confort es lo que lleva a que dejemos de luchar, y así, la vida no nos obliga a que busquemos en nuestro interior la FI. Todos la tenemos en potencia….la capacidad de luchar en la adversidad, de sobreponernos, de ser resilientes. Es algo propio del ser humano. Quizá ello está anclado en nuestra genética, pues nos hace aptos para la supervivencia. Entonces, el asunto crítico es como desplegarla siempre, cómo aprovechar esta facultad que nos da el simple hecho de ser “humanos”?

Somos en alto grado resilientes. Y esta facultad se puede desarrollar. En general tenemos mucha más fuerza en nosotros de lo que nos damos cuenta. Pero usualmente está solo sale en condiciones de adversidad extrema. Y sin embargo, no es esta la única circunstancia en que la FI surge. Creo que crecer como persona requiere un proceso de expansión permanente de nuestras zonas de confort, en las que usualmente caemos, y de aprovechar las crisis que la vida nos pone en el camino.

Voy a adentrarme en el análisis de cuando surge la FI, para luego analizar un poco estas circunstancias. Básicamente categorizo tres situaciones diferentes: dos ‘negativas’ y una ‘positiva’. Las dos primeras corresponden a la ya mencionada adversidad extrema y a tener grandes limitaciones (por ejemplo, físicas). Y la otra corresponde a cuando la persona persigue con ahínco altos estándares de excelencia (por ejemplo, un campeón olímpico). En futuros blogs tratare cada uno.

Baste por ahora plantear una hipótesis: en general el verbo a conjugar es LUCHAR. El verbo que no se puede dejar de conjugar. Con esta base terminó con una excelente frase de Nietzche: “lo que no me mata me hace más fuerte”.

Fuerza Interior y Liderazgo: Introducción

Algunos de los más reputados consultores organizacionales que han estudiado el muy complejo fenómeno del liderazgo, conciben la esencia de este como una conquista ante todo de sí mismo. Por ejemplo, Warren Bennis, muy reconocido consultor, en su libro “On Becoming a Leader”, afirma: “De hecho el proceso de convertirse en líder es esencialmente el mismo que el de convertirse en un ser humano integral”. Si analizamos esta frase podemos encontrar entre otros algunos puntos interesantes.

Convertirse en un ser humano integral esta evidentemente al alcance de todo ser humano. Potencialmente lo podemos lograr todos. La pregunta es ¿cómo? Creo que un elemento fundamental está en el concepto “integral”. Para ser integral – o podemos hablar también de un concepto equivalente, “pleno” – probablemente tenemos que desarrollar al mismo tiempo y hasta el máximo nivel alcanzable (es decir, realizar el potencial), todas las facetas en que estamos constituidos. Esto es crucial aunque difícil de conseguir. Dado que es complejo, lo trataré por aparte más adelante, en otro blog relacionado. Baste por ahora citar como ejemplo una analogía de un consultor español, la de la silla de tres patas, que son sí mal no recuerdo lo emocional, lo racional y lo espiritual. Como cualquier silla de tres patas, si falla al menos una, la silla no se sostiene.

Otro análisis de la frase de Bennis, muy pertinente en el tema que trataré durante un tiempo, es que primero se es persona, se es UNO. Y luego se es LÍDER. Primero uno debe ser uno, para luego AFIRMARSE (que puede entenderse como EXPRESAR el SER), siendo de acá de donde surge el real liderazgo. Detrás de todo esto hay un concepto muy importante. Algunos pueden fácilmente controvertir esta idea, afirmando que el liderazgo esta muy determinado por unos rasgos de personalidad. Creo que esto se debe a una muy fuerte influencia cultural de la sociedad occidental. El culto a la personalidad, más concretamente a la extroversión. Recomiendo el libro “Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking”, de Susan Caín. Excelente defensa de la introversión. O también puedo citar acá al muy reconocido autor y consultor Jim Collins (algunos de sus libros clásicos, Built To Last, o From Good To Great), quien utiliza el concepto de Liderazgo de Nivel 5, para definir a este como una de las causas principales que explican la diferencia entre las empresas sobresalientes y las buenas pero no sobresalientes. Lo interesante acá es la descripción del Lider de Nivel 5: la antítesis del líder ‘showman’, centrado en sí mismo.

El concepto crucial en todo esto es el de Liderazgo de Sí Mismo. La lógica del proceso sería SER (en contraposición a tratar de ser lo que no se es), luego AFIRMARSE, y finalmente, LIDERARSE. Me gusta bastante el modelo de la firma consultora en desarrollo de liderazgo, el Center For Creative Leadership, que establece que primero debe uno liderarse bien a sí mismo, para luego poder liderar bien a otros, para finalmente liderar con éxito las organizaciones. Conceptualmente es muy lógico. Pero sorprende que en la realidad lo común es observar la poca frecuencia con que se ven líderes “saludables” en las empresas. Lo común es encontrar líderes que lo que son es buenos “jugadores de poker”, o mejor, astutos en el poco saludable juego del poder, quizá el más importante que se da en las empresas y en toda la sociedad, pero no por ello el más saludable en términos humanistas.

Termino esta muy larga introduccion, fuera de época por lo extensa (en un mundo donde pocos leen más de 140 caracteres, o donde prima la información audiovisual, que a veces debe ser light para que llame la atención). La termino planteando un tema central en la materia en la que me ocuparé por un tiempo: la esencia del liderazgo de sí mismo es la calidad de la relación de la persona consigo misma. A esta la llamo “la variable critica”. Por ejemplo, todo menos esto puede estar mal, pero si esto está bien, es difícil pero no catastrófico; y viceversa, si todo lo demás esta bien pero esto no, de nada va a a servir.

Digo entonces que la persona debe enfocarse fundamentalmente aquí. Entre otras, porque está bajo su control, siendo quizá lo único realmente bajo nuestro control. El bienestar (si se quiere, la felicidad, la satisfacción, etc) de la persona depende fundamentalmente de la calidad de la relación que tiene consigo misma. Este es el tema que analizaré en sucesivos blogs, en más detalle. Y lo haré porque siento el deber de legar, de buscar “dejar alguna huella”. En la siguiente entrega trataré el tema de la fuerza interior, que quizá es esquivo, quizá suene esotérico, pero que al final es tema de crucial importancia, ligado entre otras al muy interesante concepto de Resiliencia. La gran pregunta que me hago es “¿de dónde surge la fuerza interior?”…..trataré de aproximarme a una respuesta.