Estabilidad (laboral), resiliencia y zonas de confort

Resiliencia

Esta semana publicó el periódico El Tiempo una encuesta de Nielsen, en la que un dato interesante es que el 60% de los encuestados teme perder su empleo. Ello debido en buen grado a la crisis económica. La gente teme, e interpreta con inquietud la realidad que lo circunda en la empresa. Con base en este dato, algunas reflexiones, que ya he tratado de alguna forma atrás.

En un mundo tan sumamente volátil como en el que vivimos (las siglas VUCA, en inglés, describen el entorno de los negocios en el mundo global de hoy: V de volatile, U de uncertain, C de complex, A de ambiguos), la pregunta a hacerse sería: ¿en qué puede basar el empleado su estabilidad, su seguridad, su tranquilidad? 

Si la persona se enfoca en tratar de controlar lo que sucede en su mundo externo (lo que Covey llama Círculos de Preocupación), sentirá que lo que le puede dar seguridad y tranquilidad es el hecho de tener un contrato laboral. Ser empleado. Tener buena relación con sus jefes. Construir un buen network. Si se necesita, “adular” a los que tienen el poder y la decisión de despedirlo eventualmente. Si hay sindicato, afiliarse a este. En fin….

Pero creo que nada de esto sirve. Si la empresa entra en zona de turbulencia, “sacará la guillotina”. Y a “cortar cabezas”. Quizá empiece por el más costoso, o el más nuevo, o el de peor desempeño. En fin. Pero digo que cuando cae la guillotina hay que preocuparse por el pescuezo.

Por otro lado, ya he expresado antes mi hipótesis de que el concepto de empleado está lenta y gradualmente condenado a la extinción. Casi diría que empezó su fase agónica, pero no debo exagerar.

Si la persona se enfoca en controlar lo que sucede en su interior (los círculos de influencia del genial Covey), probablemente le irá mejor. Lo que necesita hacer, entre otras, es algo así como:

  1. Empoderarse a sí mismo. Esta es la ‘cura’ contra el miedo. Empoderarse es en últimas sentir y pensar que ME PUEDO HACER CARGO DE MI DESTINO. No es tener flotadores lo que termina evitando que el niño se hunda en la piscina. …es logrando que aprenda a nadar.
  2. Diagnosticar mucho más ampliamente sus competencias. Entender que son estas y no un papel (contrato) lo que le permitirá agregar valor, sea como empleado, como emprendedor o como contratista.
  3. Desarrollar resiliencia. Es decir, “verraquera”, capacidad de luchar (estudios muestran que el 80% de las personas son resilientes). Cito de nuevo una muy buena frase:  “Si no podemos controlar las volátiles mareas del cambio, podemos aprender a construir mejores botes” (A. Zolli, Resilience: Why Things Bounce Back).
  4. Ligado a este último: entender que crecer implica un permanente juego de salir de zonas de confort para construir nuevas pero ampliadas. Entender y aceptar el cambio como característica fundamental de la vida.
  5. Ser EXCELENTE TRABAJADOR. Las empresas gustan mucho de los buenos trabajadores.
  6. Y si se está en una empresa que es (realmente) Buena Empleadora, dar el máximo nivel de compromiso que se pueda alcanzar. Ello porque redunda en el propio beneficio.

Sobre este último punto un recuerdo. Me remonto a 1.991, cuando en Colombia se empezaba a aplicar la Ley 50 de 1990, en lo concerniente a nuevo régimen de cesantías. Como se creaba un nuevo régimen pero se respetaba el derecho de quienes estaban en el anterior (“doble retroactividad de las cesantías”), las empresas desarrollaron masivamente esquemas para comprar este derecho a quienes lo tenían (era un asunto enormemente costoso). Pero la nueva ley generaba muchos temores. Tenía entonces un jefe que admiré bastante (“El Dr. Neumann”). Preocupado por lo que se percibía en la gente, y dado que el laboratorio para el que trabajaba estaba empeñado en hacer esa negociación con la gente, le dije al Dr. Neumann, que era muy buen tipo pero además brillante: “Dr. Neumann, la gente tiene mucho temor por la estabilidad laboral”. Me dio una respuesta que nunca olvidé: “Alejandro, dígales que el único factor realmente determinante de la estabilidad es que una empresa sea exitosa”. Nunca olvidé este comentario, el cual considero muy válido.

Cuando el individuo se enfoca en su interior encuentra la real fuerza que le permite navegar las aguas turbulentas que trae la vida. Lo demás tiene mucho de espejismo. Otra frase que me grabé pues me cambió un paradigma que tenía: “la lucha da la fuerza” (no es que si hay fuerza se luche….es que luchar desarrolla la fuerza).

 

 

 

 

 

 

 

Matoneo: ¿por qué hace tanto daño?

W. S. Maughambullying.jpg

El bullying o matoneo es un tema del que hablamos con mucha frecuencia. Siempre ha existido, supongo. Quizá hemos hecho más conciencia al respecto de este fenómeno, que a mi juicio describe ante todo fuertes presiones culturales, grupos altamente competitivos que desfogan en el sujeto del matoneo, quien al servir de chivo expiatorio propicia sin quererlo que otros desahoguen sus propias frustraciones o las tensiones que la cultura ejerce sobre ellos. Lamentablemente creo que también acá sucede que las personas interiorizan las inconsistencias de su propia cultura; por ejemplo, las presiones (más evidentes) hacia la promoción de la tolerancia, por un lado, y por el otro, el rechazo profundo a la ‘diversidad’ y a lo que se puede calificar como ‘debilidad’ (más sutil). Y como es frecuente, el individuo resuelve la inconsistencia por el lado más ‘fácil’.

Pero este es un fenómeno muy estudiado, muy comentado. Mi interés en este breve blog va hacia un punto: analizar un poco por qué tiene un efecto tan demoledor en quien lo padece.

Recuerdo un personaje de un libro, excelente, que leí en la juventud. Se trataba de la historia de un cojo (el libro: Servidumbre Humana, de William Somerset Maugham (foto)). Los profundos padecimientos que sufría, por una condición con la que había nacido y que nunca podría cambiar. Traigo este ejemplo dentro de los muchos que puede haber. Con base en mi experiencia ayudando personas, creo que el efecto de la burla es demoledor para la persona. Hace un daño que no se dimensiona. Pienso que es lo que probablemente más hace sufrir a una persona.

Con frecuencia uso el ejemplo de un niño cojo para decir que si uno quiere demostrar lo difícil del vivir en sociedad, y la capacidad de afectar negativamente a un ser humano, solo tendría que hacer el experimento de meter un cojito a un jardín infantil. Desde muy temprano se va a encontrar con la burla, de parte de niños muy pequeños. Lo que por alguna razón (¿Naturaleza humana? ¿Aprendizaje social?), muestra que desde una muy temprana edad la persona tiene la capacidad de hacer daño a otros.

Pienso que lamentablemente lo que el niño pequeño reproduce tempranamente, cuando se burla de otro, es la necesidad de afirmarse a sí mismo “pisando a otros”.

El daño que la burla ocasiona en quien la recibe lo atribuyo al profundo deterioro que puede producir a la imagen de la persona respecto de sí misma. El niño se referencia con otros, define su identidad en función de como lo ven los demás, en alto grado. Y si recibe la burla va a construir una imagen de sí mismo deteriorada, de la cual nunca se sentirá orgulloso. Parte del problema será que con frecuencia entrará en conflicto consigo mismo por la impotencia de no poderse defender de aquellos que le ocasionan un dolor muy fuerte. Y si el dolor tiene que ver con condiciones con las que nació (enano, tartamudo, lisiado, negro (!), gay, etc., etc., etc.) entrará en la penosa situación de no lograr aceptar una condición que no puede cambiar. En fin.

Digo también con frecuencia (muy simple, claro está) que nadie se diseña a sí mismo antes de nacer. SI se pudiera, ¿Cómo nos diseñaríamos todos? No dudo de que no habría feos, bajitos, gordos, personas poco inteligentes, de otra raza, etc. Pero esta opción no está al alcance del ser humano. Luego solo le queda una opción: la aceptación de sí mismo, cualquier que sea su condición. Pero el bullying lo que hace es ir en contravía de esta alternativa. Y dado mi concepto de que lo fundamental para que el ser humano alcance (la que tanto reseño) la Mejor Versión de Sí Mismo es la afirmación (de sí mismo), de su SER, esta posibilidad va a ser de muy difícil logro.

La burla se dirige a hacer sufrir a la persona que la padece. Es como echar limón en una herida abierta. O que intuimos abierta. O, que abrimos.

Valga lo anterior para expresar algo que utilizo con frecuencia como analogía. Quizá ya lo reseñe, no recuerdo. Supongamos que tengo una rodaja de limón en una mano, y que la exprimo sobre la otra mano. Digo que la gota es ácida, obvio, y que pueden pasar dos cosas opuestas. La primera, que la gota de limón caiga sobre mi piel y no pase nada diferente a que queda mojada y quizá pegajosa. La otra opción sería que la gota entre en contacto con mi piel y arda, duela. Concluyo entonces que si bien la gota de limón  es ácida, lo que determina que arda es el estado de la piel. Quizá hay una herida (abierta). Finalmente, le digo a la persona: “en la vida van a caer muchas gotas de limón, y varias no se podrán esquivar. Lo que habría que hacer es dedicarse a sanar las heridas.”.

 

 

 

 

 

 

El producto final de la educación

Dando continuidad al blog previo….recién escribí este último, recibí por las redes sociales un video de Michael Moore (foto) sobre el éxito de la educación en Finlandia, que se puede apreciar en YouTube. En breve se trata del análisis de cómo Finlandia se convierte, después de estar a la par con EEUU, en el primer país del mundo en calidad de la educación. Algunos puntos destacados (suponiendo que el video se basa en realidades, dado que MM es bastante crítico de la sociedad estadounidense):

1.EEUU y Finlandia hace algunos años compartían el mismo lugar en el ranking de calidad de la educación. Hoy Finlandia es el primero, y EEUU el 29.

2. MM pregunta el por qué a la Ministra de Educación en Finlandia: la conclusión, NO HAY TAREAS.

3. Ello se basa en la premisa de que el niño necesita ser niño y tiempo para disfrutar la vida. Supone que el niño requiere relajar su cerebro, y que el colegio está para que el niño socialice, sea feliz y sea niño. Y que hay más cosas importantes en la vida además de la escuela.

4. Con una jornada académica de 20 horas a la semana, es la más corta en el mundo. Pero produce los mejores resultados.

5. El resultado final es el empoderamiento del niño y el joven. Piensan por sí mismos y son felices.

Nuestro sistema académico va en contravía. El excesivo énfasis en la búsqueda de la excelencia académica termina teniendo defectos de fondo, a pesar de que pretende algo muy bueno, la excelencia. Es lo que pretende el sistema, y está bien. El mundo es extremadamente competitivo, más hoy en día, y cada vez más. Por ejemplo, alguien en nuestro medio, joven, que no haga al menos una maestría (casi que ni importa dónde,,,), está de entrada descalificado. Si algún joven por allá a los 28 años, con unas muy buenas competencias intelectuales y brillante récord académico en Colombia, quiere apuntar a un MBA en una de las 10 mejores universidades del mundo, se enfrenta a una violenta competencia. Me dicen jóvenes que han llegado a ser admitidos, que la preparación es enorme, y la competencia salvaje. Y que los latinos reciben un tratamiento más benévolo que los de otras partes, pues se busca también que en las clases haya diversidad cultural. Pero los primeros lugares son para asiáticos (chinos, indios….) y para los mismos estudiantes locales (gringos). La competencia global es feroz. Y hay que preparar al estudiante nuestro. La pregunta es ¿cómo?

Mis hijos estudiaron en uno de los mejores colegios del país. De los que en los rankings con base en los puntajes del Icfes sale en los primeros lugares sistemáticamente. Excelente nivel. Pero en contraste con lo que pasa en Finlandia, recuerdo muchas citas con los profesores. Nos decían que nuestros hijos tenían que llegar a la casa y dedicar mínimo dos horas a hacer tareas, y si no, no lo lograrían. Me preguntaba: ¿Y a que hora pueden descansar? ¿Ser felices? ¿Jugar? Luego de una jornada per se agotadora, y un viaje que dado el tráfico de la ciudad podía tardar una hora en un bus, llegar a sentarse a estudiar más y más. La verdad me quedaban grandes dudas. Y no por no apreciar lo importante de la excelencia académica (por eso mis hijos estudiaban donde estudiaban).

De niño estudié en el Colegio Andino, alemán. Me cambié de colegio, a uno local, en segundo de bachillerato (hoy, séptimo grado). Recuerdo de ese entonces una excelente formación académica, indiscutible, que agradezco; es la parte loable del sistema. Pero recuerdo también que era un colegio culturalmente muy difícil. Tiempo después cuando hablaba con alguien que había sido mi compañero, aún apreciaba cierto resentimiento por los malos recuerdos del colegio. Pero no ahondo en ello, sino en la paradoja que estoy tratando de describir.

Este tipo de colegios, como los hay muchos, tienen cosas no tan buenas. Son el paradigma del sistema academicista. Algunas de las que veo y que me parecen poco loables, son:

  1. En la mayoría de los casos tiene un efecto sumamente adverso: distorsiona el placer por aprender. Algo que al niño le es placentero, aprender, conocer el mundo, adquiere un sentido agobiante. El colegio resulta algo que toca hacer, donde hay cosas buenas como los amigos, pero donde estudiar es muy aburrido. Cito dos casos: el pavor a las matemáticas (que no son sino el pensamiento lógico aplicado, que todos tienen, algunos más fuerte que otros por la misma naturaleza como viene diseñado su cerebro); y, ..pregunto en chiste a los niños cuál es su materia favorita. Me contestan cualquier cosa, y les digo “pensé que era Recreo”…y se ríen pícaramente.
  2. El sistema no necesariamente conduce a que la persona sea integral. La fuerte presión a lo académico (más en la parte racional del individuo), va en contra a veces, de que se desarrollen otras facetas cruciales en la persona. Y creo firmemente que la Mejor Versión de un ser humano se consigue cuando encuentra la integralidad.
  3. Esta alta presión a la excelencia académica conduce a que se den ambientes competitivos (más tarde estudié en Los Andes, y volví al mismo escenario, compañeros que más que amigos eran mis competidores). Y creo que no exagero.
  4. Y a que se distorsione el fin dados los medios (ver blog anterior). Plagio, copia, robarse exámenes, etc. Ello cuando la presión a la nota alta va acompañado de mensajes confusos o inconsistentes en los valores.
  5. Muy importante: creo que el sistema está diseñado para lidiar con un 80% (obvio, aproximado) de la población. pero es pésimo para lidiar con el otro 20% (hiperactivo, tímido, etc.). Y a este con frecuencia “lo arrasa”. Hará un siglo era malo para lidiar con un personaje que sencillamente “venía diseñado así”: el zurdo. A reglazos lo volvían diestro. Y esto es crucial pues atenta contra la hoy tan importante apreciación de la diversidad (en todo sentido; no solo por lo que sucede con una apertura en nuestro medio, sino por ejemplo en las empresas globales, donde un líder fácilmente debe dirigir a distancia equipos con enorme diversidad cultural y geográfica).
  6. Otro gran defecto del sistema academicista es que ESTANDARIZA. Es lo que trata la película The Wall (foto), de Pink Floyd, en la que quizá en la más importante escena los niños van en una fila (línea de ensamble), caen a un embudo gigante, del cual salen transformados en ladrillos, todos iguales, a formar parte de una pared. Lo importante de esto es que en mi opinión la gran opción del individuo es justamente AFIRMAR SU SER DIFERENTE. Se produce el exabrupto (volviendo al tema de las matemáticas) en el que una persona toma una decisión crucial en su vida (qué estudiar, qué profesión escoger), con base en que sea algo que “no tenga matemáticas”. En vez de preguntarse ¿que quiero de mi vida?
  7. Otro tema ligado es el de que el sistema busca producir estudiantes trofeo. Para que sirvan de orgullo a sus padres y al colegio. El lío es que ser trofeo es muy complejo, pues lleva a que en la definición de la identidad del joven prime el DEBE SER sobre el SER.

El sistema no es que sea malo. Pretende algo clave, más en el mundo de hoy. Pero tiene contradicciones. No siempre conduce a que haya mejores personas.

Para finalizar dejo dos breves reflexiones. Hay una muy interesante gráfica en el mundo de la consultoría de empresas, que relaciona dos tipos de habilidades, y cómo van cambiando a medida que se crece en la estructura organizacional. Las primeras, que son proporcionalmente muy importantes en las primeras fases del individuo en la organización, pero que van decreciendo en importancia comparativa a medida que asciende (a jefe, gerente, ejecutivo, CEO…), son las HABILIDADES TÉCNICAS. Y las otras, que evolucionan en el sentido contrario (proporcionalmente bajas en el nivel técnico, muy altas en el CEO), son las HABILIDADES SOCIALES. Hago esta relación porque las Técnicas me parecen muy propias de la formación académica, pero las segundas, más propias de la sociabilidad que desarrolla el niño en el juego con otros….en el RECREO, en las actividades extracurriculares, en el parque, etc.

La otra reflexión tiene que ver con el sistema en EEUU. Me pregunto por qué produce con tanta frecuencia estudiantes desadaptados, llenos de resentimiento, que un día llegan al colegio con un arma automática, y disparan por doquier matando compañeros y profesores. ¿Cómo se llega a esto?

Mi mensaje de fondo es que debemos tener más claro que es lo más importante cuando lidiemos con niños y jóvenes, y por qué no, con empleados, a quienes aún hoy muchas empresas tratan como niños pero les exigen comportamiento de adultos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Olímpicos, Excelencia y Responsabilidad Social Empresarial

Olímpicos Río

Vuelvo con un tema que he tratado por separado en blogs anteriores. Acá los ligo.

Asistía ayer a un evento sobre Ética y Responsabilidad Social del empresario. Gran tema, muy loable, pero a mi juicio algo idealista; lo cual en si mismo no está mal.

Primero: los Olímpicos. Decía atrás que son para mi probablemente el certamen mundial más paradigmático de nuestra sociedad global (o al menos la occidental). Es la presión de la cultura hacia la excelencia individual. El campeón olímpico que gana una medalla de oro probablemente se ha esforzado durante toda su vida, muy disciplinada y sistemáticamente, por alcanzar esta preciada meta. Todo ha girado durante toda una vida, en torno a un día poder pararse en un podio, en el lugar reservado  al primer puesto, recibir una medalla – hipotéticamente de oro – y besarla. Breves segundos que le permiten decirse a sí mismo y al mundo: SOY EL MEJOR.

La distorsión se crea cuando esta meta se necesita alcanzar sin importar el cómo. Es por ejemplo el caso del dopaje, que en estos Olímpicos está desde antes de empezar empañando la competencia con los escándalos de la delegación rusa. Entiendo que el Estado ruso promocionó esta práctica, y supongo que por lo mismo que en los Juegos Olímpicos de Berlín (1936) buscó Hitler para demostrar la supremacía de la raza aria y el pueblo alemán. El deporte en función de la política internacional.

Un caso paradigmático es el de quien otrora fue un gran ídolo, que se desplomó a causa de descubrirse su doping: Lance Armstrong. Lo que sucede es que el “fin pasa a justificar los medios”.

Segundo: La Responsabilidad Social Empresarial (RSE), la ética del empresario. Atrás traté casos como el del Grupo VW, el de Nissan y los de los ya famosos carteles en Colombia: de los pañales, de los cuadernos, del papel higiénico, donde grandes trasnacionales rompen sus códigos de conducta y atentan contra los postulados de la libre competencia y en últimas, contra el consumidor a quien le generan sobreprecios cuya única finalidad es aumentar la rentabilidad de las empresas participantes. Entiendo que en el foro de ayer se pronunció muy bien sobre el tema de la ética del empresario el Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, quien con valentía ha impuesto grandes multas a empresas poderosas por constituir estos carteles.

De nuevo el fin, la búsqueda de rentabilidades altas, lleva al empresario a no reparar en los medios. Al final, “estoy para eso….y si no lo hago yo lo hace el que venga”.

El asunto es qué tipo de cultura se crea con todo esto. Sea en la familia, en una empresa o a nivel más macro, en la sociedad. ¿El asunto radica en hacer trampa pero cuidando muy bien de no dejarse coger ? “Haga lo que tenga que hacer pero que nadie lo sepa”.

Si llevamos esta problemática por ejemplo al mundo académico, dónde la excelencia en las notas es la meta máxima, no debería sorprendernos que un joven haga cualquier cosa, en caso de necesidad, para obtener altas notas. Plagio, copia, robarse previamente los exámenes….etc. El joven entiende que prima obtener buenas notas, sin importar el cómo. Creo que esto sucede, como el dopaje en el deporte o los carteles empresariales, porque la sociedad tiene inconsistencias en sus valores, que traslada al individuo. Y en caso de conflicto, este resuelve el dilema yéndose por donde siente la mayor presión. En una empresa, salvo que la falta a un código de conducta sea mayor,  no es muy probable que al empleado que cometa una falta al código buscando alcanzar una meta importante para la empresa, sea sancionado con dureza.

Volviendo al caso citado del Grupo VW, sobre el que atrás escribí, leía recientemente que han encontrado en EEUU que había muchísimos empleados involucrados en la trampa al consumidor. Y estas cosas nunca suceden sin que el que manda no sepa….o peor aún, no lo promueva.

Valiente es el empleado que resuelve el conflicto ético dando prioridad a sus estándares por encima de las presiones de la corporación, como sucedió en el caso Enron, que lo destapa (hasta donde se) una Gerente de Contabilidad quien ve que sucede algo irregular y destapa el caso. En pocos meses Enron desaparece, se lleva miles de empleos y el dinero de la previsión de pensión de muchos norteamericanos, y además, a su Revisoría Fiscal, Arthur Andersen, quienes eran los llamados a detectar las irregularidades.

Todo esto converge en el punto de la búsqueda de la excelencia. En sí mismo el éxito es etéreo y momentáneo (BlackBerry, Nokia, Kodak….). Cuando la persecución del éxito como tema puntual se vale de medios turbios, creo que nunca va a llegar la excelencia.

La excelencia en su real sentido solo le sirve al individuo y a la sociedad si actúa como brújula, en el caso de la persona para alcanzar la Mejor Versión de Sí Mismo, y en el caso de las sociedades para ser realmente el mejor mundo posible.

 

¿Un año sabático?

Año sabatico

Dice  Wikipedia que “Un año sabático es el período de tiempo que una persona decide dedicar completamente a intereses personales, dejando a un lado sus responsabilidades laborales y/o académicas”…se origina en los hebreos, que se tomaban el séptimo año para descansar, con la lógica de “dejar la tierra sin trabajar para su reposición”.

En un  libro clásico sobre liderazgo (Leadership From The Inside Out), Kevin Cashman inicia el capítulo sobre ‘Maestría Personal’ narrando una historia que oyó alguna vez sobre un sacerdote en la Rusia pre revolucionaria, quien va caminando por una calle y se ve confrontado por un soldado, quien le pregunta “Quién es Usted?  ¿Para donde va? ¿Por qué se dirige hacia donde se dirige?”…sin sobresaltarse ante el rifle que le apunta, contesta: “¿Cuanto le pagan a Usted?”….Sorprendido el soldado contesta “25 kopecs al mes”…ante lo cual el sacerdote responde haciéndole una propuesta: “Le pago 50 kopecks al mes si todos los días me para y me reta a contestarle las mismas tres preguntas”. En esencia la anécdota hace referencia a la necesidad de plantearse estas preguntas fundamentales.

En artículo citado en blog previo, sobre la creciente longevidad de las personas y los retos que encarna, cito un artículo reciente (Revista Semana) donde se reseña el libro The 100-Year Life: Living and Working In An Age Of Longevitty; resalta el autor del artículo cómo la Universidad de Harvard recomienda a los jóvenes bachilleres tomarse un año antes de iniciar sus estudios universitarios, y comenta cómo muchos graduados hoy en día se dedican a viajar un tiempo antes de buscar trabajo.

¿A dónde apuntan estas reflexiones? Creo que la vida de las personas está altamente codificada por la cultura. Digo que lo que hay que hacer “en la vida” es subir correctamente las escaleras diseñadas por la sociedad. Del Jardín al Prekinder….el siguiente escalón…el kínder…luego primero…..undécimo….bachiller….entrar ahí mismo a la universidad…grado pregrado….salir a trabajar….máster….evolucionar en el trabajo….etc.”. El éxito radica en subir bien las escaleras, y “ser exitoso”. Perfecto…pero solo dos dudas: (1) y aquel cuya ‘esencia’ riñe con lo que la escalera define, qué hace?, y, (2) y cuándo paramos un momento a pensar qué queremos nosotros (no que quiere el mundo de nosotros)?

Un caso como ejemplo, entre hipotético y real: joven de 23 años, buen rendimiento académico, hijo de un exitoso médico….noveno semestre de medicina….un día, con mucho temor y a la vez coraje, se decide a decir a sus padres algo como “no quiero estudiar más medicina….lo mío es la música”…Gran crisis familiar….pero el viraje, tardío si se quiere, conduce más directamente a la felicidad….

He comentado que ayudo a personas en el proceso de reinserción laboral (outplacement). Una de las reflexiones que más me gustan es aquella que muestra que la difícil crisis le sirvió a la persona ´para hacer un pare en la vida y pensar’….”¿qué quiero?” Digo que ante estas disyuntivas hay dos caminos: o ratificar (sigo por el mismo camino) o rectificar (cambio de rumbo). No importa cuál de los dos verbos se conjuga, lo importante es planteárselo. Al final del proceso le pregunto a la persona “¿independiente de si se reubicó y si si, si fue exitosa esta reubicación, en qué creció como persona con la experiencia?”. Las respuestas en buen grado tienen que ver con estos replanteamientos.

También aconsejo a los bachilleres no entrar ahí mismo a la universidad. Si pueden, viajar. Vivir la vida. Conocer el mundo. Preguntarse qué quieren. Plantearse las preguntas más simples pero más difíciles de contestar: “quién soy…qué quiero….para dónde voy…qué le da sentido a mi vida…..?”. Para luego continuar su camino con más claridad y más brío. Los cuáles van a necesitar cada vez mas, en un mundo cada vez más retador.

Por eso me gusta el concepto de año sabático. Si bien la vida práctica no lo hace nada fácil, el trasfondo de parar a pensar es fundamental. El asunto al final tiene que ver con quién diseña la vida de la persona.

En su clásico Los Siete Hábitos de la Gente Altamente Eficaz, S. Covey señala como séptimo hábito el de “afilar la sierra”. Muy buen concepto. Con cierta frecuencia debemos afilar la sierra. Acá el tema es que la sierra somos nosotros mismos.

 

“A good hockey player plays where the puck is. A great hockey player plays where the puck is going to be”(Wayne Gretzki)

IMG_0720Tomo la frase del título como introducción a este blog, por lo bien que expresa el concepto a tratar. Como lo correcto es reconocer los derechos de autor, debo decir que la tomo de un taller muy interesante llamado “Create Your Career GPS”, para el cual me certifiqué asociado con la firma Altos Ejecutivos, que representa en Colombia a Career Partners International (CPI), una de las 3 firmas de consultoría más grandes del mundo en los temas ligados a desarrollo y transición de carrera. Este taller fue estructurado con base en el trabajo de Carleen MacKay y Brad Taft (Boom or Bust: New Career Strategies In A New America, 2006), y se basa en la analogía entre manejar la carrera profesional y utilizar en un viaje un GPS (hoy quizá mejor decir Waze).

En dicho taller, que se originó en la búsqueda de dinamizar las carreras de las personas mayores (dado en parte el tema que trataré), pero que luego se vio que los principios son los mismos que aplican  a cualquier edad, se parte del análisis de las grandes tendencias que se detectan en el mundo del trabajo. Dicen los autores:

“Por primera vez en la historia debemos aprender a aprender más del futuro que está frente a nosotros, no solo de las lecciones del pasado. De hecho se ha dicho por algunos que incluso debemos desaprender nuestras lecciones del pasado”.

En la revista Semana que circuló la semana pasada (edición 1778) aparece un artículo interesante (Así será vivir 100 años), que reseña el libro de la foto, escrito por una psicóloga y un economista de la London School of Economics. Para no hacerlo largo, reseño algunos de los puntos más interesantes, en lo que concierne más directamente con el mundo del trabajo. Tiene que ver con la muy  marcada tendencia demográfica que exhibe el mundo actual respecto a la longevidad.

  • “(…los autores…) son conscientes de que los retos no son de poca monta, pero creen que no todos estos cambios van a ser malos. Todo dependerá de los ajustes que hay que comenzar a hacer hoy…”si esta tendencia se pasa por alto, tener más tiempo será una maldición. Pero si lo hacemos bien será un gran regalo“”.
  • “Y se calcula que habrá que marcar tarjeta hasta los 80 años para vivir sin afugias”
  • “…nuevos actores (los de la generación de 18 a 30) que podrán tener hasta tres profesiones…..todo ello implicará más estudio….en un mundo de centenarios se requerirá aprender constantemente. Esto se debe a que robots y sistemas de inteligencia artificial se encargarán de los trabajos mecánicos y repetitivos. Pero al mismo tiempo surgirán nuevos empleos y para estar a la altura de este reto la gente tendrá que….”aprenderlo todo desde cero” “.

Cuentan los autores en su libro que cuando dictan la clase sobre la vida centenaria en el MBA del LSE le preguntan a los estudiantes sobre sus escenarios de vida probables, y rápidamente estos llegan al tema financiero. Entonces les preguntan “si Usted vive 100 años y ahorra el 10% de sus ingresos, y quiere retirarse con un salario del 50% de su salario final, a qué edad cree que tendrá que retirarse?”. Cuando les hacen el cálculo matemático se quedan aterrados….tendrán que trabajar hasta bien entrados los 70s si no hasta los 80s.

Por otra parte, leía en el periódico El Tiempo del domingo anterior (5.6.2016) un articulo interesante, a propósito de las reuniones en Medellín del Foro Económico Mundial, titulado “La Cuarta Revolución Industrial, un enorme desafío para el mundo” (Diego Alarcón). De nuevo extracto literalmente algunos puntos:

  • “…Por el foro desfiló una cifra escalofriante: en la próxima década el desarrollo de las industrias impulsado por el avance de las nuevas tecnologías pondrá en riesgo el 47% de los empleos actuales en países como Estados Unidos”.
  • “…John Chambers, Presidente Ejecutivo de…Cisco Systems, quien desde el año pasado viene insistiendo en que, si las empresas de hoy no se montan en la ola de las nuevas plataformas tecnológicas, el 40% de ellas terminará por ahogarse y desaparecer en solo una década”.
  • “Como escribió recientemente Larry Hatheway, economista jefe del grupo de gestión de capital GAM de Inglaterra: “las nuevas formas de producir cosas a menudo matan a las viejas industrias y eliminan puestos de trabajo antes de que la totalidad de los beneficios del modelo sucesor de producción se haga realidad. Un cierto grado de violencia acompaña inevitablemente al progreso humano””. 

Con nuevas tecnologías se están refiriendo a compañías como Uber, Airbnb, Instagram, etc., que están transformando industrias a velocidad de vértigo.

¿Qué se puede concluir? Entre otras:

Estamos en tiempos de cambio profundo, quizá en algo silencioso en su efecto potencialmente demoledor, y más acentuado que el que venía existiendo (cambio), sin que este último fuera suave.

Se va a impactar fuertemente la forma de vida de las personas, pero especialmente, en lo que respecta a este blog, el mundo del trabajo. Como he dicho en otros blogs, el concepto de empleado como lo veníamos conociendo cada vez languidecerá más.

El individuo se tendrá que hacer cargo al máximo de su carrera, de mantenerse vigente en un mundo cada vez más turbulento. Y tendrá que aprender mucho más, probablemente por allá en los 50 tendrá que volver a las aulas, y tendrá que trabajar muchísimo más tiempo si no quiere un vivir económico empobrecido justo en la vejez.

Utilizo con frecuencia una analogía. Supongamos que uno va en una barca en un río, y cada vez oye con más fuerza un murmullo creciente que proviene de más adelante en el río. Cada vez el murmullo es más fuerte. Con temor se intuye que puede ser una cascada, pero no se hace nada….hasta que llega finalmente lo que era inevitable: si era una cascada. Uno quiere entonces alcanzar la orilla y bajarse cuanto antes…pero ya es tarde….la cascada está enfrente. Sin buscar generar pesimismo, la pregunta que hago a continuación de usar la analogía es “en qué momento desde que empieza a oír el murmullo usted se acercaría a la orilla para evitar lo que puede ser una cascada”?

La respuesta la da cada uno.

 

 

 

Excelencia= Talento & Pasión & DISCIPLINA

top-25-mejores-peliculas-de-artes-marciales_38nm

Si buscamos en un diccionario la etimología de la palara disciplina vemos que viene del latín, y es la composición de discere (aprender) y el sufijo ina (pertenencia); se deriva o relaciona con la palabra discípulo (“quien aprende o se deja enseñar”). Dado que no soy experto en lingüística, solo puedo señalar que la raíz tiene que ver con aprendizaje.

Señalo lo anterior para introducir una breve disquisición. Creo que nuestra cultura ha llevado a que este concepto haya adquirido una connotación negativa, como algo que se le impone a la persona. Por ejemplo, el solo nombre de Prefecto de Disciplina era suficiente para generar animadversión. Algo así como el policía del colegio.

En un video muy corto en YouTube (Rafael Nadal: Diestro o Zurdo), que es interesante en el análisis del apalancamiento en las fortalezas para buscar el éxito, o el desarrollo de alguna característica que no es fortaleza, el tío de Nadal explica como este tenista de talla mundial, diestro por naturaleza, aprendió a jugar tenis con la izquierda, alcanzando el altísimo nivel que aún hoy exhibe. Y dice su tío, quien es su manager: “si tu tienes inspiración pero no trabajas nada tampoco es posible llegar muy arriba….es mucho más formativo basarse en el trabajo que basarse en el talento”.

Creo que la mejor forma de entender la disciplina como un valor en sí mismo, y como un medio y no un fin, es analizar el caso de un artista marcial consumado. Mi impresión es que el artista marcial lo que logra entender bien es que la disciplina es un medio para alcanzar el mayor dominio posible de sí mismo. Imagino que es por ello que hacer pelear a un artista marcial es muy difícil, no tanto porque no sepa pelear ni mucho menos, sino porque sabe que en el momento en que se deja quitar el control de sí mismo, lo ha cedido a otro, y de ahí en adelante “se enreda”.

Así, la disciplina es algo que le permite a la persona alcanzar el dominio de sí mismo. Visto así, es una antítesis que se imponga, que sea algo “externo” al individuo. Si lo fuera, externo, sería un medio para el control social sobre el individuo. No digo que este mal. Pero no dejaría de ser un “cuerpo ajeno” que en la medida que “ahogue” al individuo, este lo repelerá. Creo que lo que se debe hacer es enseñar al niño a encontrar la disciplina en sí mismo, como una opción, que si la escoge le ayudará a ganar control sobre sí mismo. Y todo esto, para alcanzar niveles muy altos de excelencia. En breve veremos quizá el evento más  claramente ligado a la búsqueda de la excelencia, los Juegos Olímpicos. Aquel deportista, supongamos de 25 años, que conquista una medalla de oro, por más que su genética le haya ayudado, no lo habría logrado sin muchos años, por no decir unos 23, de trabajo sistemático y disciplinado, a niveles incluso extenuantes.

Asociando este tema con la vida de las personas en las empresas, recuerdo haber tenido que manejar lo que se llama disciplinariamente “sesión de descargos”. Antes de imponer una sanción disciplinaria a la persona (probablemente justificada), por fuerza había que llevar a cabo una sesión de descargos, donde el “acusado” podía explicar su comportamiento. Muchas veces era una mera formalidad, pues la sanción perdía validez si no se hacían los descargos. Hoy veo este asunto con crítica, básicamente por dos puntos: el sistema tenía implícita la violación (“trata a la gente como niños y se comportarán como niños”), y, perpetuaba la concepción del empleado como un ser incapaz de ganar control autónomamente sobre sí mismo.

¿Cuántos legados subsistirán hoy en día de los albores de la era industrial? ¿Tendrá todo esto algo que ver con lo que Gallup y otras grandes consultoras encuentran sistemáticamente en sus estudios sobre los niveles de compromiso de los empleados, en todo el mundo (que son sistemáticamente abrumadoramente bajos)?

 

 

 

Etica empresarial & “falsos positivos”

tetsuro

Dos noticias de la prensa en la semana que termina (textuales de la fuente):

1. El presidente de Mitsubishi Motors, Tetsuro Aikawa, anunció hoy su dimisión por el escándalo de falsificación de datos de consumo de varios modelos de minivehículos de la empresa, y afirmó que la dirección de la misma no ordenó dicha manipulación. Su dimisión, que se hará efectiva el próximo 24 de junio, se debe a los “serios problemas causados a los clientes y accionistas de la empresa”, según explicó en un comunicado la empresa….Aikawa ha tomado esta decisión tras cerrarse la compra del 34% de Mitsubishi Motors por parte de la también nipona Nissan Motor, lo que constituye “una salida” a los problemas que atraviesa el fabricante a raíz del escándalo desatado por el falseo de datos, según explicó en rueda de prensa….Asimismo, Aikawa señaló que dicha manipulación “no fue ordenada” desde la cúpula de la empresa, después de que la primera fase de una investigación interna señalara a algunos de sus ingenieros como responsables del falseo, debido a la presión por alcanzar los objetivos fijados por la dirección.

2. El fabricante nipón Suzuki Motor admitió hoy que utilizó un método irregular para medir el gasto de combustible de 16 de sus modelos de vehículos, aunque esta práctica no afectó a los datos finales de eficiencia energética de los mismos. Así lo anunció hoy el presidente de la compañía, Toshihiro Suzuki, en una rueda de prensa convocada en el Ministerio nipón de Transporte, tras llevar a cabo una investigación interna a petición de las autoridades niponas a raíz del escándalo de falseo de datos de consumo protagonizado por la también nipona Mitsubishi Motors

Es muy interesante que se replica lo sucedido con el Grupo Volskwagen hace unos meses, que ‘arrasó’ con la reputación de la marca, obligó a la dimisión de su arrogante ex CEO, y en un día llevó al conglomerado a perder 40% de valor en el mercado. En una industria que parece amenazada a mediano plazo por cambios estructurales con la cada vez más fuerte presencia de los carros que no requieren conductor sino que son manejados por un software. En días recientes salió también en la prensa el anuncio de que Apple invierte 1.000 millones de dólares en una compañía china cuyo propósito es avanzar en este segmento de mercado. La presencia de las dos compañías más grandes del mundo en capitalización de mercado, Google (a través de Alphabet) y Apple, debe actuar como amenaza de tormenta. Mientras, compañías muy consolidadas en el sector automotriz, como las citadas, arruinan su reputación falseando información que engaña al consumidor. Es como ‘suicidarse’ de a pocos.

Y más cerca, en Colombia, en estos días vuelve a tratarse el tema de los escándalos de los carteles de precios, que afectan al consumidor. En artículos de primera necesidad como papel higiénico, pañales o cuadernos. Marcas tan reputadas (!) como Familia, y tan cercanas al consumidor, como Carvajal, Kimberly Clark, y otros, se ven afectadas y se alistan a pagar enormes sumas como multas emanadas por la Superintendencia de Industria y Comercio.

Para el análisis, tomo la frase del primer párrafo, donde el hombre de la foto (Tetsuro Aikawa) dice que “dicha manipulación no fue ordenada desde la cúpula de la empresa”. Probablemente. Pero entonces, ¿como es que esto sucede? El mismo artículo dice más abajo, en el mismo párrafo, que tiene que ver con la presión por los resultados. Por eso el título de este blog. Los “falsos positivos” del ejército colombiano en el gobierno  de Uribe, tuvieron el mismo motivo: la necesidad de mostrar un resultado, no importa el cómo….”haga lo que tenga que hacer pero que yo no sepa”. Ya atrás había escrito un blog similar, analizando que las personas finalmente se comportan con base en aquello en que las miden….si la presión por mostrar unos números es muy alta, no habrá consideración ética ni código de conducta que valga.

Las presiones hacia los altos directivos de las empresas, en sentidos que pueden enfrentarse, van a llevar a que estos creen una cultura que – como cualquier otra – se base en contradicciones que convivirán mientras no exista una necesidad de priorizar. En estos casos, las presiones van por un lado hacia cuidar la reputación (construir una imagen ante el consumidor, una cultura ética que ayude a consolidar la imagen de buen empleador, etc..), y por el otro, hacia mostrar resultados (…el capitalismo salvaje de Wall Street….el accionista solo quiere ver valor en el presente, a toda costa). En la medida que aumente la presión (por ejemplo, creería que es parte de lo que sucede en el sector automotriz, ante la presión que pueden ejercer amenazas como el eventual cambio en la industria), se va a desbalancear un frágil equilibrio’, llevando a que el dilema se resuelva por el lado más apremiante (resultados); “no importa el costo”.

Obviamente el empleado interioriza estas contradicciones de su cultura, y entiende “bien” hacia donde debe resolver los dilemas. El “único pero” es que donde salgan a flote los escándalos, quizá será el primer sacrificado.

Y las paredes de las grandes oficinas exhiben con orgullo cuadros muy bien diseñados y enmarcados, donde se pregonan con orgullo “NUESTROS PRINCIPIOS Y VALORES”. Ups…como dice uno de mis autores favoritos, Warren Bennis: “(En este libro) discuto como los líderes generan y sostienen la confianza, y uso la metáfora de un trípode. Una pata del trípode es la ambición; otra pata es el ser competente; y la tercera pata es la INTEGRIDAD, LA FÁBRICA MORAL” (On Becoming a Leader). Otro gurú del tema, Stephen Covey, lo argumenta en su libro “Liderazgo Centrado en Principios”. En últimas, todo gira en torno a qué es realmente liderazgo…

 

El chip del emprendedor…”Si no consigues un empleo funda tu propio negocio”

waltdisney

Y lo hizo….Creó Disney, casi nada….un imperio. La frase célebre del hombre de la foto la pronuncia en medio de la crisis en que queda cuando su socio inversionista lo deja más o menos en la calle, quitándole los derechos del exitoso personaje Oswaldo, el conejo afortunado, y sonsacándole a los empleados. Se juró a si mismo no volver a trabajar nunca para otros. No le fue fácil, pero luchó y lo consiguió. Lo sacó adelante, entre otras, Mickey Mouse….

Esta reflexión a propósito del tan de moda impulso hacia fomentar el emprendimiento. Las generaciones mayores como aquella a la que pertenezco (nos volvemos mayores sin darnos cuenta lo rápido…hasta ayer éramos unos jóvenes….), fuimos criados con el chip del empleado. Era el paradigma para construir una carrera exitosa. Ya atrás escribí sobre los profundos cambios que se han dado respecto a ser empleado. Este ‘chip’, sumamente fuerte en la generación que nos precedió a los que estamos en edad cercana al retiro, y cada vez menos fuerte en las generaciones actuales, se basa en ‘promesas’ válidas, pero en últimas, en estar casi siempre situado en zonas de confort. Quien se hace cargo de la carrera de uno, de las posibilidades de éxito y económicas, de colocar el techo de carrera, etc., es la empresa, y no la persona.  Recuerdo un paciente que se había convertido en empresario hacia los 35 años, quien me decía con frecuencia que lo único bueno que recordaba de su época de empleado era que se parecía a un heroinómano, a quien a fin de mes le inyectan una dosis de droga para que se mantenga feliz hasta el siguiente mes. Muy irónico, pero en muchos casos, cierto.

Las generaciones más jóvenes, los milenians (que ya empiezan a verse lentamente desplazados por la siguiente generación), vienen mucho más adaptados al chip del emprendimiento. Su sueño de carrera no necesariamente es ser empleado, ni permanecer demasiado tiempo en un puesto o en una misma empresa. Algunos incluso consideran que es importante ser empleado al inicio para aprender un poco del mundo corporativo, pero su sueño no es hacer carrera en dicho mundo.

En la reciente Feria del Libro surgió una discusión simpática en torno a los ‘youtubers’, a raíz de un desorden que produjo la presentación de un youtuber hoy en día famoso. A raíz de ello oía en el radio un análisis de estos youtubers. Decían que no les interesa estudiar, menos trabajar en una empresa. La promesa “estudia duro, y cuando salgas busca un buen trabajo, haz luego una maestría, y si te empeñas, podrás ser exitoso y eventualmente rico”, no les hace ningún sentido A una edad muy temprana, por ahí 17 años, ya son dueños de pequeñas fortunas. Creo que el mundo de la informática y las redes sociales, que entienden muy bien, les da la opción de aprovechar esta onda, subirse en la ola correcta, y hacerse ricos y famosos, a un nivel que sus padres no habrían ni soñado alcanzar ellos mismos. Decían también en el radio que los youtubers exitosos, dado que su éxito en YouTube es una gran caja de resonancia, son buscados por managers de grandes artistas, para administrarles su éxito. Incluso creo que a estos jóvenes les sirven de modelo los dos quizá mas grandes transformadores de la industria de la informática, Steve Jobs y Bill Gates, ninguno de los cuales avanzó más allá de sus inicios en los estudios universitarios. Pero ambos crearon dos de las más grandes corporaciones de los últimos tiempos.

Todas estas reflexiones me llevan a un pequeño análisis. La pregunta tiene que ver con el ‘chip’, con el paradigma; con la concepción de sí mismo de la persona. Me atrevo a afirmar que mientras el empleado tiene un paradigma un poco desempoderado, donde delega la administración de su carrera y su vida a otros, el emprendedor tiene un paradigma más empoderado. “Mi carrera depende de mí…mí éxito también….depende de entender una necesidad y explotarla, ofreciendo valor agregado a los clientes, a los usuarios”. Vemos esto mucho hoy en día en el mundo de las aplicaciones. Jóvenes que crean aplicaciones para pedir domicilios, para conseguir taxis (Uber), para conseguir una habitación en cualquier parte del mundo (Airbnb), etc. Y casi sin pretenderlo, transforman industrias. Ponen en riesgo negocios establecidos (ejemplo, taxis, hoteles).Y hacen fortunas.

¿Por qué esto puede ser importante?. Por ejemplo, cuando se apoya a personas que han quedado sin empleo (outplacement), una opción que surge ante la dificultad es el poner un negocio propio. Pero no es nada fácil. Abundan los fracasos. Creo que además de otras variables importantes, una más ‘interna’ del individuo tiene que ver con el chip. Si no se hace el debido cambio de chip (de dependiente a independiente), cualquier emprendimiento se va a chocar con barreras que surgen en nuestra propia mente, con nuestras creencias. Con el paradigma que usamos para concebirnos a nosotros mismos.

En general creo que el individuo que opta por la opción del emprendimiento se acerca más a un modelo ‘adulto’, donde la persona se hace cargo de sí misma. Creo que este fenómeno está transformando el mundo, que no tiene reversa, y que ayuda a que el viejo concepto de empleado se debilite cada vez  más. Todo gira en torno a la concepción que la persona tiene de sí mismo: si este concepto gira en torno a ser autónomo y autosuficiente, va a ser más fácil que en este terreno florezca el emprendimiento. Claro, hay que asumir riesgos. Pero no hay éxito sin esfuerzo y sin asumir riesgos. Por eso es que las zonas de confort nos son tan apetecibles a los seres humanos: nos protegen, nos dan seguridad, nos hace predecible el mundo que enfrentamos….pero tienen con frecuencia un alto costo: limitamos nuestro crecimiento, nuestras opciones.

“Se necesita mucho tiempo para volverse joven”

jane fondaPicasso

¿Cómo enriquecer la tercera edad, dada la revolución de la longevidad que caracteriza el mundo actual? Quizá lo primero es entender que más o menos dos tercios de los factores que determinan la calidad de vida dependen de la persona (correspondiendo el resto a factores genéticos y a lo que podemos llamar suerte). Esta afirmación se aprecia en una interesante charla TED de Jane Fonda, quien se ha dedicado los últimos tiempos a estudiar esta fase de la vida  (Ted Talks, Jane Fonda, The Third Act, Enero de 2.012).

La tercera edad es una etapa más del desarrollo del ser humano. La última, pero no por ello carente de sentido. Y se trata de buscarle un significado que enriquezca la vida de quien está en esta fase.

Cita JF que muchas personas mayores de 50 años encuentran bienestar en esta etapa. Algunos incluso dicen que es a los 60 que se empieza a vivir….Puede haber menos estrés y ansiedad, mayor satisfacción…en mi opinión, si la persona entiende la transición que implica esta fase vital, acepta lo que tiene que aceptar y entiende que implica una redefinición de sí mismo, podrá disfrutar de lo que esta etapa puede ofrecerle. Creo que la persona a estas alturas “ya cumplió” con las grandes responsabilidades que le imponía la vida, y que el “yugo del que dirán” ha disminuido mucho, liberándolo del gran peso de tratar de satisfacer las expectativas de otros. Y puede dedicarse a conjugar el que es quizá el más importante verbo en este aspecto: disfrutar!

La charla TED de JF tiene elementos muy interesantes. Habla por ejemplo de la necesidad de un cambio de paradigma para entender esta fase de la vida, pues dependiendo del paradigma las actitudes de la sociedad y de las personas hacia esta fase. Y plantea que la vejez vista desde el paradigma de que la edad es patología y no potencial, da una visión poco optimista de esta fase. El modelo de la vida como un arco, en el que se asciende hasta un pináculo para luego descender hasta la decrepitud, ofrece una visión pesimista y ‘catastrófica’ de la vejez. En cambio, plantea JF, el paradigma debería ser una escalera, en la que “nunca se termina de subir”. Esto se basa en la concepción de que lo único que no se comporta de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica, o entropía (todo decrece y decae) es el espíritu humano.

Si se entiende que el foco de la tercera edad debe ser el fortalecimiento espiritual, encaminado a la redefinición de sí mismo, basado en la aceptación de las nuevas realidades y en la búsqueda de la plenitud, la integralidad, la autenticidad y la sabiduría, y en la reflexión constructiva sobre el pasado (que implica por ejemplo perdonarse lo que haya que perdonarse), se ve con claridad que la tarea crítica radica en TERMINARNOS A NOSOTROS MISMOS. Cita JF como esto puede darse incluso en condiciones muy adversas físicamente, para lo cual cita el caso de Neil Seliger, abogado quien padecía esclerosis lateral amitrófica, quien se dedicó a escribir y quien decía textualmente a propósito de los cambios que le traían en la tercera edad su enfermedad altamente incapacitante (por ejemplo, no podía hablar):”la debilidad de mis músculos fortaleció mi capacidad de escribir”.

La tercera edad implica la búsqueda de nuevos sentidos y propósitos y de consolidar paz interior. Quizá lo necesario para prepararse para la siguiente fase, para todos desconocida. La persona se va despojando de aquello que tiene valor transitorio, y se enfoca en aquello que lo puede trascender. Me gusta mucho por ejemplo la concepción de Erick Erickson sobre los ciclos de la vida, en el cual la ultima etapa del ciclo es la adultez, donde la tarea crítica de la persona es LEGAR. Dejar huella en quienes quedan…

El espíritu no tiene por qué envejecer. Este y la búsqueda de relaciones con sentido son cruciales para poder hacer realidad la frase del hombre de la foto, que titula este blog (Picasso). El espíritu es el que puede mantenerse joven hasta el final.